Marcos Espinosa
Juan, vecino de la Unidad Habitacional Los Héroes de este municipio, recorre con dificultad su camino de vuelta a casa. Acompañado de su bastón de madera, atraviesa lo que solía ser un parque familiar, ahora rodeado de maleza, basura y heces fecales. Ya no se refleja la vida y dinamismo de antes; ahora el panorama es triste y descuidado.
Lejos de tratarse de una zona rural o una vereda apartada, este lugar solía ser el centro de recreación de decenas de familias. “Antes veías niños jugando futbol, gente trotando, familias conviviendo. Hoy todo está vacío porque el parque ha sido abandonado por completo”, lamenta Juan.
El deterioro del parque, según comenta, no es un caso aislado, pues asegura que la mayoría de los espacios públicos en la unidad están en las mismas condiciones. “El único parque que recibe mantenimiento es el del asta bandera, pero eso porque de ahí sacan dinero (las autoridades)”, denuncia.
La situación de abandono no solo afecta los parques, sino también las calles. Juan destaca que cerca del 80 por ciento de las calles de Los Héroes están llenas de baches, un problema que ha provocado accidentes, como en la calle Juárez, arteria principal de esta comunidad y donde “varios coches se han dañado por los hoyos”, señaló.
A pesar de que Los Héroes es una de las unidades habitacionales más grandes de Ixtapaluca y del Estado de México, con una población de aproximadamente 44 mil personas en 16 mil viviendas, el gobierno municipal, encabezado por Felipe Arvizu de la Luz, no ha priorizado el mantenimiento ni la mejora de los servicios básicos.
La situación no es muy diferente en la Unidad Habitacional San Buenaventura: Martha Gómez, vecina de la unidad y activista social, denuncia la falta de agua, el mal estado de las calles y la creciente inseguridad.
“Hay coladeras destapadas, falta alumbrado público y la inseguridad es cada vez mayor. El gobierno nos ha dejado completamente abandonados”, expresa.
San Buenaventura, con más de 20 mil viviendas y una población cercana a las 49 mil personas, fue concebida como una alternativa de vivienda asequible para quienes trabajan en la Ciudad de México. Sin embargo, la falta de intervención, tanto municipal como estatal, ha provocado que las condiciones de vida sean cada vez más difíciles.
“Le hemos exigido al gobierno que actúe, pero solo nos dicen que no hay presupuesto y que esperemos al próximo año”, comentó Gómez.
Este panorama de abandono se extiende también a otras unidades habitacionales, como Santa Bárbara y Palmas, que llevan al menos tres años de deterioro desde que comenzó la administración de Arvizu de la Luz.
Los vecinos de estas áreas hacen un llamado urgente a las autoridades. “Queremos que trabajen, que den resultados. Nos han olvidado completamente”, concluye Juan, quien, al igual que muchos otros, espera una solución a lo que llama “negligencia gubernamental” que ha afectado gravemente la calidad de vida en estas unidades habitacionales.