Las actividades cerebrales están ligadas a la música, que activa la mayoría de las partes del cerebro –los hemisferios izquierdo y derecho, así como el cerebelo-, que gracias a ella trabaja de forma consciente y puede ayudar a disminuir el estrés y la angustia, aleja la tristeza y mejora la calidad de nuestras relaciones interpersonales.Así lo afirmó la compositora y directora del Centro Académico de Asesoría y Conferencias en Música Sistema Opus 22, Amelia Guízar Bermúdez, al dictar la Conferencia “La magia de la música y su impacto en el cerebro”, en el marco de “Abril, mes de la lectura”, programa académico y cultural de la Universidad Autónoma del Estado de México que se realiza desde hace 20 años, con la finalidad de promover e incentivar la lectura por placer.
Al llevar a cabo una serie de ejercicios con los estudiantes del Plantel “Nezahualcóyotl” de la Escuela Preparatoria de la UAEM, la experta manifestó que “la música es un bálsamo para el alma, por todo lo que implica, por todo lo que conecta en nuestra vida”.
Sostuvo que la música forma parte de nuestra división biológica, que viene desde el vientre materno, ya que el primer órgano que se forma en nuestro cuerpo es el oído, “siendo la razón por la cual la música nos invita a bailar, a gozar o a reposar; son dos tiempos que nos llegan hasta el alma, ya que la oíamos cuando estábamos en el seno materno”.
Finalmente, aseveró que la música de calidad, sea cual sea el género, actúa en la intensificación de todas las funciones cerebrales y tiene acción correctiva en disfunciones orgánicas del cerebro, siendo capaz de revelar formas y verdades sobre la vida y articular los sentimientos de una manera que el lenguaje no puede ni siquiera aproximarse.