Por Julio Requena
Después de la muerte de un alcalde en el oriente mexiquense, un regidor en Tlalnepantla y ahora una síndico en el municipio de Jilotepec, es momento de poner un alto, de dar un golpe en la mesa y llamar decididamente a tomar acciones preventivas en contra de la delincuencia que acecha a los funcionarios públicos del estado y los ayuntamientos, para evitar que la historia se repita de manera flagrante y termine por convertirse en algo común o de todos los días.
No se trata de que los regidores, alcaldes y demás servidores públicos se conviertan en ciudadanos de excepción, sino por el contrario, que por su condición de representantes populares tengan una seguridad para ejercer el cargo sin las presiones de estar expuestos a la criminalidad.
Es claro que no se puede permitir que esto pase con funcionarios públicos mexiquenses, dado que si así ocurre se manda un mensaje erróneo donde también quedan expuestos empresarios, emprendedores, comerciantes y profesionistas, que por el hecho de un buen ingreso son blanco de la delincuencia.
Pero además, se trata de demandar el respeto a la autoridad municipal o estatal que se ha ido perdiendo ante la incapacidad de dar un golpe constante a la delincuencia organizada; es momento de impulsar la inteligencia policial para detectar la mejor estrategia para hacer frente a estas amenazas o amedrentamientos.
Por otra parte, es necesario demandar la rendición de cuentas en cuanto las medidas de seguridad tomadas por el gobierno estatal en estos dos años del sexenio de Alfredo del Mazo dado que él prometió que los delincuentes iban a ser capturados y sometidos para garantizar la tranquilidad y paz social que exigen los ciudadanos.
La percepción social sin duda apunta a un crecimiento de la delincuencia en varios puntos de la geografía mexiquense, por lo que la administración delmacista debe demostrar con hechos y no solo con cifras que la delincuencia ha ido retrocediendo o ha sido combatida con la seriedad que amerita el asunto.
Sin duda, rumbo al Segundo Informe de Gobierno, el tema de seguridad pública ha cobrado interés con estos y otros homicidios dolosos que ponen en la palestra todas las actividades públicas en estos últimos meses. Ojala que la situación mejore para los mexiquenses, para los que son servidores públicos y para los que no lo son.