Por Julio Requena
Durante décadas los periodistas mexiquenses al abordar el tema de las agresiones y actos violentos o simplemente, asumir una postura al respecto siempre sostuvieron que el Estado de México estaba lejos de parecerse a entidades como Veracruz, Tamaulipas, Guerrero o Chiapas, por lo que no teníamos que caer en pánico ni acciones alarmistas. Sin embargo, ese día llegó.
El primer asesinato de un periodista en el régimen de Alfredo del Mazo Maza vino a romper el mito de que la violencia contra los periodistas estatales nunca iba a llegar en ese extremo a territorio mexiquense y que en dicho estado, el periodismo nunca tendría un riesgo tal, dado que los actores políticos no eran de ese tipo, ni los reporteros estaban metidos en temas de alto riesgo que los expusiera.
El mito terminó. El pretexto de no actuar porque en el Estado de México “no pasa nada” ya se acabó. Aquí si pasan cosas, aquí sí han escalado las agresiones a tal grado de que se hace indispensable tener una Fiscalía Especializada en delitos contra los periodistas que atienda los protocolos necesarios que están vigentes en el país, al igual que impulsar la creación de otros protocolos con la participación de los integrantes de los medios de comunicación.
Es momento de actuar para la protección de los periodistas. Antes Tamaulipas, Veracruz, Guerrero se veían muy distantes del centro del país y en específico de la entidad, pero hoy, Tejupilco se ve más cerca del Valle de Toluca. Tejupilco, está a un paso de la capital mexiquense, a un ratito de la sede de los poderes del estado y cada vez más cerca de contaminar todo.
Desde hace años, los que nos dedicamos al periodismo hemos reconocido que los focos rojos se encontraban en el sur y el oriente del Estado de México, advirtiendo que era solo cuestión de tiempo para que un hecho lamentable se registrara, pero las autoridades y el mismo gremio se negaban aceptar dicha posibilidad. Sin embargo, ocurrió.
PARA EL CUADERNO DE TAREAS… Dicen que cuando la perra es brava hasta los de casa muerde, y hay quien quiere usar este refrán para explicar lo que pasa en el municipio de San José del Rincón, donde el actual ayuntamiento demanda la devolución de más de 20 millones de pesos por parte del ex alcalde, Sergio Alonso González, del síndico y del tesorero.
Dichos funcionarios estuvieron en el periodo 2013-2015, y la actual presidenta municipal, María Elena Montaño, es solo la ejecutora de una acción que inició en el pasado trienio de Jesús Rangel Espinosa, por eso no se puede decir que la perra sea brava y hasta los de casa muerde, sino por el contrario, eso sería cuando iniciará los procedimientos similares en contra del ex edil Jésus Rangel, quien por el momento goza de toda la protección del ayuntamiento, pues pese a aumentar la deuda de todos los monteros, no se ha ejercido acción o demanda en su contra para que devuelva algo.
Esta situación cobra más intereses, cuando algunos de los pobladores de San José del Rincón se enteran de que, el ex presidente municipal, José Rangel Espinosa –hermano de Jesús- quiere ser dirigente del PRI en el Estado de México, pues saben que la relación con Sergio Alonso no quedó bien y ven en esta acción una revancha política.
La verdad solo la conocen José Rangel y Sergio Alonso González, pues llegar a estos extremos para finiquitar una mala amistad parece un exceso entre quienes vemos el problema desde fuera. El tinte priísta no ayuda al proceso que vive internamente el instituto tricolor ni en la entidad, ni en el país y mucho menos en la región norte.