Por Julio Requena
No quiero ser alarmista, ni mucho menos pasar como indiferente ante el presente escenario de la pandemia del Coronavirus, la emergencia global y los cuidados necesarios, pero desde mi forma de pensar, tanto los periodistas como los ciudadanos comunes tenemos que estar preparados y ser responsables.
Hay una frase que me encanta en lo personal y es: estar preparados por si pasa algo, estar preparados por si no pasa y por si quién sabe. En resumen, nos indica que pese a lo que nos esté diciendo todo mundo, nosotros debemos estar listos por si esta situación toca de lleno y se nos mete a la casa. Es decir, tener los teléfonos del sector salud a la mano, información de las medidas a tomar, los cuidados no solo para el enfermo sino para toda la familia, sobre todo en el caso de adultos mayores y niños menores de 5 años. Tomar en cuenta a mujeres embarazadas o que hayan dado a luz recientemente.
También hay que enfocarnos no solo en las medidas sanitarias, sino en las económicas sin exagerar, dado que esta pandemia es sin duda la mayor oportunidad que hemos tenido para volver a repensar el tejido social, la fuerza de la solidaridad y el conocer a las personas que viven a nuestro alrededor, esos que llamamos “vecinos”.
Estar preparados por si no. También es claro, que podemos ser de los afortunados a los que el COVID19 no llegará ni de cerca a nuestras casas, que poco o nada tenemos actividades de riesgo o que nuestras medidas de limpieza superan con mucho las medidas sanitarias sugeridas por las autoridades.
El hecho de que no nos pase nada es una oportunidad para ser agradecidos, generosos, solidarios o caritativos. Podemos hacer una misión, de llamarle a 10 amigos diariamente para saber cómo están, si necesitan algo o simplemente para llevar un mensaje de tranquilidad, donde hablemos con esperanza y positividad. Hay que volver a hilvanar el tejido social.
Y por último, posiblemente no seas de los que se enfermen de coronavirus, ni tampoco salgas igual después de la pandemia, pues esta enfermedad nos enseñó que es letal ante cualquier pandemia tener sobrepeso, diabetes, hipertensión y otros males crónicos que podemos prevenir, cuidar o corregir. No salgamos igual que como entramos a la emergencia, aprendamos de la lección: cuidar nuestra salud es lo más importante en lo individual, cuidar el tejido social en nuestra comunidad es lo más importante en lo grupal.
Cada experiencia nos deja una lección, cada quién decide si la acepta o la ignora.