Por Julio Requena
Si están entredicho las personas, no se puede hablar de las instituciones. Creo que puede decirse mucho de las personas, las hay buenas, las hay malas, las hay preparadas, también hay quienes no tienen remedio y quienes solo tienen mala imagen, porque legalmente no están donde la mayoría quisiera que estén.
En todo sentido, las instituciones nunca han sido diseñadas para ser malas, para ser corruptas o para ser herramientas de gente con ambiciones o malas mañas. Simplemente son proyectos cuya permanencia se hace esencial en un contexto de orden, progreso y evolución permanente.
La primera institución política desde hace muchos siglos ha sido el gobierno, creado para salvaguarda del pueblo, protección del territorio y conformación del Estado. En su origen no era malo, quienes llegaron al gobierno sí pudieron ser malos o buenos. Unos lo usaron para el bien y la prosperidad y otros para su beneficio, corrompiendo y corrompiéndose, pero la institución no era mala. Es en sí, una idea que debemos valorar hoy en día que se habla de un gobierno u otro, de manera genérica, pero donde los verdaderamente malos o corruptos son las personas, los personajes con nombre y apellido.
Solo para aclarar: las instituciones no van a la cárcel ni al exilio ni son víctimas ni redentores, aunque si puedan ser victimarias y ejecutores. Por eso hay que hablar de las personas, de los responsables y si se tienen suficientes elementos o argumentos hacer lo necesario para que rindan cuentas de lo que deben o dejaron de hacer.
En este punto es donde me pregunto por qué culpar a una institución de los malos manejos de unos cuantos, mismos a los que no se les ha seguido un proceso, a los que no se les ha puesto a disposición de las autoridades y mucho menos se han juntado los elementos necesarios para obligarlos a resarcir un daño.
Es claro que no podemos disolver la institución del Ayuntamiento por unos cuantos o muchos alcaldes deficientes, corruptos o ineptos. Como tampoco se puede disolver el Poder Legislativo por unos cuantos diputados sin noción de su labor o como no se puede desaparecer la división de poderes, si hay servilismo de alguno, tampoco se puede disolver el pacto federal a raja tabla por unos cuantos gobernadores en contra del presidente de la República por diferencias políticas.
En el caso del Estado de México, la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) ha venido sufriendo una campaña de desprestigio desde antes del reportaje de la Estafa Maestra y en lugar de juzgar a las personas, se ha caído en el esquema de apedrear a la institución, a la que se le ha acusado de todo y nada, en el juego del ajedrez de la política y ahora se habla de unos y de otros en pro y contra de la autonomía universitaria para designar un contralor.
¿Cómo será el contralor? Bueno, malo, externo, interno, moreno, priísta, profesional o inepto, no lo sabemos. Los universitarios deseamos que ojalá esté comprometido con la institución y no con las personas que lo van a poner, porque las personas se van, pero las instituciones quedan por muchos años y merecen que sea quien sea dé viabilidad al futuro de la UAEM, que pueda ser avalado por los universitarios de alguna manera, ya sea a través del Consejo Universitario, a través de una votación universal de alumnos, maestros y administrativos o a través de la participación abierta y clara de la universidad en el proceso de selección y nombramiento.
Los universitarios no somos enemigos del proceso parlamentario ni de los representantes populares ni creemos que los actuales diputados sean enemigos de la educación media superior o superior, ni tampoco creemos que los legisladores sean enemigos de las instituciones universitarias.
Los legisladores quieren vigilar la rendición de cuentas de la UAEM y los universitarios que el contralor sea emanado de la UAEM, creo que se puede llegar a un punto medio sin vulnerar la autonomía y garantizando la facultad de fiscalización que tiene el Poder Legislativo del Estado de México. Conciliar parece lo más fácil y lo más difícil en este tema como en muchos otros.
Ojalá todo se resuelva en los mejores términos para la institución, no para las personas.
PARA LA LIBRETA DE TAREAS… Son varias las noticias que se tienen de intentos de fraudes a través de supuestas páginas de Facebook del Gobierno de Estado de México, como la Secretaría de Finanzas para el remate de vehículos y otros aspectos, de igual forma el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México ha hecho público el intento de extorsión hacia personas a nombre de la institución, por lo que es claro que los hackers o delincuentes cibernéticos han estado muy ocupados en la última semana.
Esta situación también no ha llevado a preguntar por la eficacia de la policía cibernética del Estado de México o de la federación para dar con los delincuentes o supuestos extorsionadores, dado que seguramente hay responsables por estos intentos de sorprender a la ciudadanía simulando ser el gobierno o el OSFEM.
Habrá que darle seguimiento al tema…