Por Julio Requena
Se equivocan quienes pretenden ver un triunfo nacional en lo que es simplemente un pequeño estertor del viejo sistema que no termina de morir en algunas partes del país y que nunca lo hará mientras la gente no salga a participar en las urnas como lo hizo en el 2018. La lección es simple, el abstencionismo sigue sirviendo al PRI y la participación ciudadana, es la única que puede cambiar los gobiernos sean de donde sean, representen al partido que representen.
Muchos priístas se adelantaron a echar las campanas al vuelo por los supuestos triunfos de Coahuila e Hidalgo, sin embargo, pretenden cerrar los ojos a una realidad cada vez más aplastante, en el caso del PRI Coahuila ganaron las posiciones pero sacaron 40 mil votos menos que la última elección y de no ser por el abstencionismo, los resultados pudieran haber sido otros. Su otro competidor, el PAN se fue casi 300 mil votos abajo, luego de estar cerca de ganar la gubernatura en la ocasión anterior.
MORENA por su parte sacó 11 mil votos más que su participación anterior, en un territorio hostil, dado que toda la frontera norte de México su presencia es nula, e inclusive es una zona anti-AMLO no solo de 2018, sino desde 2006 cuando fue candidato presidencial y luego en 2012 cuando repitió el intento. MORENA y AMLO no han tenido la penetración suficiente en la franja norte de nuestro país, ¿por qué de la noche a la mañana tendría que tenerla?, porque lo decían las encuestadoras desde el centro del país, claro que no.
Coahuila es una estado de la República mexicana que no conoce la alternancia, es decir, nunca ha gobernado otro partido que no sea el PRI, entonces por qué habría que extrañarnos que gane nuevamente el tricolor, si el sistema electoral y político jugó a su favor con el abstencionismo, la apatía y desidia de la población que no ha entendido que cuando participa los malos gobiernos caen y el cambio es posible.
Debería preocuparle al tricolor que cada vez gana con menos votos, lo que es sinónimo de que la gente está harta de los malos resultados o las promesas incumplidas, pero no le preocupa en lo más mínimo mientras siga alentando el abstencionismo y remarcando entre la población el sentimiento de no participar.
Lo mismo aplica para Hidalgo donde el PRI gobierna y ha hecho un bastión ese estado, al grado de valerle un espacio tan importante como la Secretaría de Gobernación en el pasado sexenio de Peña Nieto. La sorpresa hubiera sido que pese a gobernar, terminara perdiendo, lo cual no pasó.
Cuando en el 2017, ganó la gubernatura el PRI en el Estado de México, pese a que se alegó un posible fraude, nadie se sorprendió porque pasara, es un estado que por más de 90 años ha gobernado el tricolor y pese al crecimiento exponencial que traía MORENA no le alcanzó para vencer al viejo régimen priísta y la fábrica de votos institucional. Hoy esta historia se repite en Coauhila e Hidalgo, ¿dónde está la gran victoria?
La frontera norte, es zona anti-peje y ya se sabía desde antes y posiblemente eso sea lo que más le cueste trabajo en Sonora, si el candidato es Alfonso Durazo y en Nuevo León, si la candidata es Tatiana Cloutier, pero ambos traen un fenómeno personal interesante que puede dar la sorpresa, no basados en el gobierno federal de López Obrador, sino en el trabajo propio y la lucha por vencer el abstencionismo rapaz que solo favorece al PRI.
PARA LA AGENDA POLÍTICA… Se dice que la elección intermedia de 2021 será un gran indicador de que el gobierno federal pueda seguir con calma los proyectos que se propuso o bien, si hay una visión diferente en la gente, lo cierto es que la participación ciudadana es un punto a cuidar de sobre manera porque entre más gente vota más se fortalece el proyecto de MORENA y si la afluencia hacia las urnas baja el riesgo de perder territorio guinda es mayor.
La estructura de los servidores de la Nación ya probó en Coahuila e Hidalgo que no son estructura político-electoral sino de proyección gubernamental, que están entregando los beneficios de los programas sociales sin condicionar el voto a favor de MORENA, lo cual cumple lo que ofreció el tabasqueño desde el principio, aunque no le sea rentable electoralmente, sigue entregando los apoyos a la población que más lo necesita.