Por Julio Requena
El año pasado, la ciudadanía optó por un cambio basado en un anhelo de cambio y esperando que las cosas cambien drásticamente para su mejoría. El gobierno federal cuenta con el respaldo de la gente que ante las constantes críticas de sus detractores comentan: “déjenlo trabajar, apenas lleva un mes y días”. El mismo anhelo fue puesto en los gobiernos locales, por lo que la gente dará un periodo de gracia para ‘dejarlos trabajar’, sin embargo, esa confianza debe ser correspondida.
Los gobiernos municipales en el Estado de México no cuentan con ese mismo respaldo apabullante construido durante 18 años, sino que su solidez proviene de su sintonía con el mandatario nacional y su proyecto, mismo que debe aterrizar lo más pronto posible en las regiones de la entidad, así como lo está tratando de hacer en el resto del país.
Los nuevos gobernantes con el signo de MORENA deben asumir con entereza su responsabilidad, bajar al nivel del pueblo, dejar de lado sus carros de lujo, guaruras, discursos con gala de retórica y hacer una oratoria de excelencia, donde se privilegie la empatía con la ciudadanía, más que la zanja entre autoridad y gobernados.
Por eso no basta con ser esperanza, hay que saberlo ser transmitiéndolo a la población con humildad, con carisma y mostrando que se cambió para bien y no para mal, para evolucionar y no para seguir igual. Nadie puede pedir que trabajen de a gratis, pero lo que sí se puede exigir siempre son RESULTADOS.
Tampoco se trata de que el cambio se quede en la ciudad de Toluca o en Metepec, sino en cada municipio donde la ciudadanía votó por una opción diferente, donde gobernaba el PRI y hoy gobierna MORENA, donde antes gobernaba la izquierda y ahora está el PRI, donde antes era un gobierno priísta y ahora se le da la oportunidad al PAN. Todos los gobernantes están obligados a responderle al pueblo con acciones, con hechos, con resultados tangibles diferentes a los que ya había.
Pretextos puede haber muchos para no hacer nada, para no cambiar las cosas, podemos hablar de crisis, de arcas vacías, de falta de personal adecuado, entre muchos otros argumentos, pero la gente ya está harta de escuchar siempre lo mismo en cada cambio de administración, ahora toca ser diferente, trabajar, construir y hacer más de lo que todos los gobiernos anteriores lo hicieron. Aun cuando muchos de los hoy alcaldes ya habían ocupado el mismo cargo antes, o cuando muchos de ellos son jóvenes en la política y nunca han tenido la oportunidad.
La gente tiene que encontrar en cada servidor público la ayuda necesaria, sentir el cambio, y ver los resultados que por mucho tiempo esperó. Ciertamente no todo se va a resolver de la noche a la mañana, ni hay dinero que alcance, pero que por lo menos se atiendan los principales problemas con acciones y no con demagogia.
Muchos son los detractores en contra de AMLO, lo curioso es que los principales interesados en reclamar que Andrés Manuel cumpla sus promesas de campaña con los priístas, panistas y perredistas, muchos de ellos políticos de hechura, mientras el pueblo sigue pidiendo tiempo y dejarlo trabajar.
A mí me queda claro que la gente no sabe de grupos políticos, de posiciones ideológicas irreconciliables, ni de estrategias mediáticas, solo entiende un lenguaje: el de los RESULTADOS.