Por Julio Requena
En la guerra, los fuertes toman posiciones, los débiles asumen posturas. Así de claro lo precisan los estrategas militares y políticos con relación a los avances en un conflicto donde existieran dos bandos, en el cual cada paso los acerca o los aleja de la solución del mismo.
Esto viene a colación del conflicto universitario, donde por un lado se han ganado las votaciones en contra del paro, pero en los hechos algunas facultades siguen tomadas por los estudiantes y pudiera repetirse el mismo esquema cuantas veces se quiera pese a “las votaciones ganadas y los espacios perdidos”.
Cabe preguntarse si la situación se está entendiendo en su justa dimensión y cuestionar: ¿se trata de un movimiento estudiantil o político?, ¿son universitarios contra universitarios?, ¿hay forma de terminar rápido con este conflicto o es necesario dejarlo que haga catarsis como válvula de presión?, ¿quién tiene las banderas universitarias y quién las defiende?, ¿hasta dónde están dispuestos a llegar ambos bandos?
Creo que la estructura académica y administrativa de la UAEM tiene claro el contenido de Las 48 Leyes del Poder de Robert Greene, pero es momento de cambiar a otro libro del mismo autor: Las 33 estrategias para la Guerra. Es justo reconocer que la universidad pública mexiquense no tiene los operadores internos ni externos para atender un conflicto de esta naturaleza y magnitud.
La UAEM necesita un interlocutor que tenga experiencia con los jóvenes, que los entienda y pueda dialogar. El rector, Alfredo Barrera Baca, debe buscar dentro de su gabinete al más joven de sus cuadros, con experiencia juvenil, pero la madurez para tomar o impulsar la toma de buenas decisiones, por identificación con los estudiantes, por empatía con los jóvenes, por entender el momento que se vive.
Robert Greene define que el pensamiento político e instinto político se miden por lo tanto, sea en el plano teórico como en el práctico, sobre la base de la capacidad de distinguir amigo y enemigo. Los puntos más altos de la gran política son también los momentos en que el enemigo es visto, con concreta claridad, como enemigo y el amigo es reconocido como tal.
Si la Universidad no puede distinguir en este momento de conflicto quiénes son sus enemigos y quiénes son sus amigos, el problema es mayor. Los alumnos no son el enemigo de la UAEM, sino como se comentó en alguna reunión: son la razón de ser de la institución, sin ellos nada, con ellos todo.
El rector está destinado a ser histórico, como villano o como héroe, como transformador de la Universidad Pública o como parte final de una época, como solucionador de los grandes problemas o como dique de un movimiento.
De ese tamaño es lo que se vislumbra, por lo que la lectura o el cambio en los libros de estrategia que se están leyendo es importante.
PARA LA LIBRETA DE TAREAS… Grave está la cosa en materia de sindicalismo, pues Luisa María Alcalde, titular de la Secretaría del Trabajo a nivel federal tiene la encomienda de Andrés Manuel López Obrador de democratizar los sindicatos de trabajadores y terminar con prácticas antidemocráticas en ellos, sin embargo, su papá es el primer obstáculo dado que se ha contratado como asesor jurídico del SNTE para ayudarle a los líderes ‘charros’ para que eso no pase.
Es claro el conflicto de intereses, por lo que la funcionaria federal debería pedirle a su padre que se desmarque de esta situación o ella, presentar su renuncia al cargo, dado que por lo menos en el tema magisterial habría un grave problema.