En 2016, el Banco de Germoplasma de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) del Estado de México recolectó y trabajó con semillas de 30 especies, 50 por ciento más que en 2015, cuando se recibieron 20. El germoplasma proviene de árboles semilleros previamente seleccionados. Su tratamiento en laboratorio permite evaluar características como humedad, pureza, peso y capacidad de germinación.
Una vez seleccionada, la semilla se etiqueta y almacena en una cámara fría, con una temperatura de cinco grados centígrados y humedad del 10 por ciento, donde puede permanecer hasta 10 años.
Esto permite conocer si la semilla puede incrementar las posibilidades de que las plantas que se utilizan cada año en los programas de reforestación crezcan sanas en los bosques de la entidad.
El Banco de Germoplasma, ubicado en el municipio de Jilotepec, recibe cada año un promedio de dos mil kilogramos de semilla, tiene una capacidad total de almacenamiento de 12 toneladas y alberga actualmente 4 mil 436 kilogramos. Para su operación, la CONAFOR invirtió este año 1.9 millones de pesos.
Actualmente este espacio cuenta con semillas de 36 especies, principalmente forestales como pino, oyamel y encino; sin embargo, también se almacenan de árboles frutales y ornamentales como tejocote, acacia, capulín y parota.
En diciembre de 2015, el Banco de Germoplasma de la CONAFOR Estado de México envió 40 muestras de la especie Pinus hartwegii, recolectadas en el Nevado de Toluca, al Centro Nacional de Recursos Genéticos, con la finalidad de preservarla.
La CONAFOR cuenta con una red de 18 bancos de germoplasma forestal ubicados en diferentes regiones y ecosistemas de México, con los cuales se garantiza el aprovechamiento y provisión de semillas a mediano y largo plazo.