Por Jorge A. Rosas
En la antigua Roma, cuando había una reunión y en la puerta de la entrada se colgaba una rosa, los temas tratados eran confidenciales. (sub rosae)
- Las consultas ciudadanas y el poder presidencial.
En México, el ejercicio de consulta participativa está consagrado en el artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) que da a todos los ciudadanos mexicanos el derecho a participar en la figura de “consulta popular”.
Sin embargo en medio del presidencialismo que hoy se vive en este inicio de administración federal ha surgido una nueva figura llamada “consulta ciudadana” que este fin de semana tuvo su segunda oportunidad al ser convocada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para que los habitantes de 25 municipios afectados de los estados de Tlaxcala y Puebla, así como de Morelos participaran sobre la instalación o no de la Hidroeléctrica de la Huesca.
Más allá de los resultados, que a todos debieran preocuparnos y ante los cuales debemos estar atentos, la simple realización de este ejercicio es algo que sigue llamando mi atención.
Porqué la figura del mandatario nacional sigue empecinándose en convocar a instrumentos que no están normados por nuestra Carta Magna, y se sostiene, como lo ha venido haciendo, en el mensaje que el simple deseo de un presidente es motivo suficiente para llevar a cabo un ejercicio de poder.
Sí, es cierto, Andrés Manuel López Obrador tiene un amplio respaldo social, nadie duda que sus 30 millones de votos obtenidos en la pasada elección se lo dan, además, claro está, de la mayoría de su partido en el poder Legislativo y en la posibilidad de controlar también ahora parte del poder Judicial, pero tampoco se debe perder de vista que al asumir el cargo que hoy detenta juró respetar las disposiciones de la Constitución y de las leyes que ella emanan.
Para esta consulta realizada el sábado y domingo pasados, no faltó además la advertencia, que de no ponerse en marcha dicha obra, se estarían perdiendo alrededor de 3 mil millones de pesos del erario público, además de que se tendría que comprar energía a empresas “particulares extranjeras”
Pareciera que se olvidó de los miles de millones de dólares que también se perdieron en un pasado ejercicio similar (nuevo aeropuerto de la Ciudad de México), curiosamente también convocado por él y realizado por su partido.
Pero además, no desaprovechó la oportunidad, fiel a su costumbre de denostar a quienes se oponen a dicho proyecto al afirmar que entre ellos, existen movimientos ambientalistas apoyados por empresas extranjeras que no quieren competencia.
Hoy bastaría simplemente que el gobierno federal decidiera por sí mismo continuar dichas obras para seguir con los trabajos del llamado “Proyecto Integral Morelos”, que contempla además la construcción de un gasoducto, un acueducto y de dicha termoeléctrica.
Sin embargo el presidente Andrés Manuel quiere seguir midiendo su respaldo social y legitimar en su caso, algunas de sus decisiones, pretende abrir el discurso de escuchar a los mexicanos y hacerlos partícipes de la vida pública como nunca un gobierno lo había hecho, pero olvida que para ello tendría primero que legalizar su actuar.
No dudo que con su mayoría legislativa en breve el artículo 35 de la Constitución tenga nuevas adecuaciones en el que se incluya el ejercicio de “consulta ciudadana” o se reforme el de la consulta popular, pero mientras tanto, nos guste o no, hoy el llamado que el presidente hace a participar ni siquiera es vinculante.
El presidente ha dejado en claro que volvimos a las épocas en las que el simple deseo del presidente para hacer algo, era lo único que se necesitaba para hacerlo.
Pero también es un llamado de atención para todos, de que nunca será bueno concentrar el poder en un solo hombre, durante décadas, la lucha por generar contrapesos a la figura presidencial por parte de la oposición rindió sus frutos.
Hoy estamos de nuevo ante un panorama en donde el poder presidencial retoma nuevos bríos, ojalá por el bien de México, tengamos la oportunidad de defender instituciones, de fortalecerlas, pero sobre todo, de que tengamos un presidente capaz de entender la responsabilidad de sus decisiones y la importancia de asentarlas en el marco normativo que nos rige “a todos” los mexicanos.
Tip: “La fuerza de la opinión pública es irresistible cuando se le permite expresarse libremente”. Thomas Jefferson
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