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• Preside Secretario General de Gobierno, Alejandro Ozuna Rivero, los trabajos de la CVII Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano, que tuvo sede en el Estado de México.
• Coincide con integrantes de esta Asamblea en que la construcción de un futuro en común, exige el concurso de todos los actores de la sociedad.
Cuautitlán Izcalli, Estado de México.- Tras señalar que desde la actual administración estatal se ha acuñado el concepto de responsabilidad compartida, a fin de englobar en este llamado a todas las fuerzas políticas, los partidos, los gremios, asociaciones civiles y religiosas para asumir la construcción de acuerdos y de un patrimonio común, el Secretario General de Gobierno, Alejandro Ozuna Rivero, encabezó los trabajos de la CVII Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Al asistir con la representación del Gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo Maza, el funcionario mexiquense coincidió con los integrantes del Episcopado Mexicano en que la construcción de un futuro en común precisa del concurso de todos los actores de la sociedad para establecer acciones conjuntas a favor de la paz y del crecimiento armónico de niñas, niños y jóvenes, de la consolidación de familias fuertes, de mujeres que vivan libres de violencia y de disminuir las desigualdades.
“El Gobernador Alfredo Del Mazo comparte sus inquietudes, coincide en el diagnóstico que ustedes han elaborado acerca de nuestra realidad, y en consecuencia, encamina las acciones de su gobierno hacia la construcción de una sociedad en la que la paz, la solidaridad, el fortalecimiento de la familia y el combate a las desigualdades, sean la constante”, sostuvo Ozuna Rivero ante Monseñor Rogelio Cabrera López, Presidente del Episcopado Mexicano y Arzobispo de Monterrey, y Monseñor Franco Coppola, Nuncio Apostólico en México.
En este sentido, señaló que hoy el Gobierno requiere de la colaboración, la voz, el respaldo y la acción enérgica de la sociedad civil, del sector privado y de instituciones sólidas, como las que el Episcopado representa para transformar positivamente nuestra realidad.
Asimismo, señaló que es igual de importante combatir la pobreza, ampliar la cobertura educativa y de salud, impulsar el empleo o el desarrollo económico, que salvaguardar, proteger y garantizar el florecimiento de las capacidades de cada individuo, no sólo en el ámbito material.
“El escenario que permite cristalizar este objetivo, es el que se construye a través de la paz, fin principal del Estado en lo general, y de todo individuo, en lo particular”, dijo.
Al respecto, consideró que los gobiernos deben ser los primeros promotores de la paz y tranquilidad, para lo cual no se requiere de grandes inversiones o complicados análisis, “porque la construcción de la paz inicia con el ejercicio responsable de la palabra, con la emisión de mensajes veraces y constructivos”.
Por ello, enfatizó que ante el inédito escenario político que vive el país, donde una nueva correlación de fuerzas obliga a la construcción de nuevos escenarios de diálogo, el Gobernador Del Mazo ha evitado con plena convicción el discurso de la confrontación, del reclamo, de la oposición por sistema y de la polarización.
“El Gobierno del Estado de México trabaja bajo la premisa de que el cambio que los ciudadanos mandataron en las urnas, demanda también, un cambio en el discurso y en la acción del gobernante, en el que la congruencia debe imperar”, precisó.
En estos trabajos participaron los integrantes del Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano, integrantes del Cuerpo Colegiado de Obispos que sirven a la nación mexicana, así como obispos, sacerdotes, religiosos y laicos que participaron en esta Asamblea.