Para evitar pandemias como la provocada por el coronavirus SARS-CoV-2, causante del covid-19, es preciso que los seres humanos “dejemos a los virus de los murciélagos y los pangolines en paz, no destruyamos las selvas ni pongamos a los animales en jaulas y estresados, ni mezclemos especies de diferentes lugares”, planteó la investigadora del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, Valeria Souza Saldívar.
Para cerrar la Jornada del Medio Ambiente que la 60 Legislatura llevó a cabo en sus redes sociales, la experta mundial en vida microbiana y primera mexicana en ser miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias, recordó que casi todos epidemiólogos del mundo habían previsto que la actual emergencia sanitaria iba a ocurrir, precisamente por prácticas como las acostumbradas en países como China, donde se comercia con especies silvestres en mercados llenos de gente.
Al explicar el mecanismo de sobrevivencia y reproducción de los virus, Valeria Souza destacó que los virus son agentes importantísimos de la ecología y la evolución de la vida en el planeta, pues la mayor parte del genoma de los humanos, y del resto de los organismos, evolucionó defendiéndose de “estos asesinos seriales”.
Expuso que los virus, cuando están afuera de una célula no respiran, no tienen metabolismo, no se reproducen y no evolucionan, y solamente cuando entran en el hospedero son capaces de evolucionar a muy alta velocidad y de adaptarse a los cambios de este.
La estrategia de los virus, continuó, es encontrar el hospedero que mejor los mueva, y en el caso específico del virus que ha generado una crisis sanitaria global, precisó que “consiguió un equilibrio casi perfecto entre la capacidad de transmitirse y la capacidad de matar”, porque si un virus mata muy rápido, como el del ébola, ya no se transmite, y este es muy transmisible y, a la vez, lo suficientemente letal.
La doctora en Ecología expuso que el virus vivía en hospederos poco abundantes y difíciles de hallar, como diferentes especies de murciélagos y de pangolines del sur de Asia. Los primeros solo se encuentran en cuevas y son la especie conocida con mejor sistema inmune, mientras que los otros están en peligro de extinción. Pero fue cuando intervinieron los humanos, al cazarlos, enjaularlos y comerlos, que los virus comenzaron a recombinar, puntualizó.
El virus de murciélago, recombinado con el virus de pangolín, creó uno nuevo que resultó afín a un hospedero particularmente abundante: el ser humano, que además está en constante movimiento, a lo que se suma el hecho de que los infectados detectados son apenas una décima o vigésima parte, de los que pueden contagiar, dependiendo el país, ya que muchos de ellos son asintomáticos.
Con su participación concluyó la Jornada del Medio Ambiente de la 60 Legislatura que tuvo el propósito de contribuir a la necesaria reflexión pública en torno a los nuevos escenarios que, desde el punto de vista ambiental, plantea a la humanidad la pandemia de covid-19. Es posible consultar los videos con las participaciones de los destacados investigadores que, del 5 al 17 de junio, abordaron esta temática en las redes sociales de la Legislatura facebook.com/legismex/ y twitter.com/legismex.