La falta de ordenamiento en el uso de suelo provoca la pérdida de espacios para la agricultura, alertó el investigador de la Facultad de Antropología de la Universidad Autónoma del Estado de México, José Manuel Pérez Sánchez.El académico explicó que, ante el crecimiento de la mancha urbana, las superficies de siembra son utilizadas para viviendas e incluso, los mismos agricultores heredan sus terrenos a su descendencia para la construcción de casas, dejando de lado el cultivo.
Aunado a ello, indicó, ante la baja rentabilidad de la agricultura, las generaciones que descienden de familias de campesinos dejan los terrenos agrícolas para laborar en actividades industriales.
“Los jóvenes se van a las ciudades e incluso, se pierde la transmisión de conocimientos sobre esta actividad, ya que son los adultos mayores de 60 años quienes principalmente continúan trabajando las milpas”.
El universitario consideró necesario generar políticas públicas que impulsen un ordenamiento territorial en el que se definan y respeten los espacios para la siembra, lo cual redundaría en que la actividad agrícola se mantenga, así como la fertilidad de los suelos.
José Manuel Pérez Sánchez realiza una investigación sobre terrazas agrícolas en el Valle de Toluca, técnica de siembra prehispánica que contribuyó al desarrollo de Mesoamérica y aún prevalece en algunas regiones de la entidad.