En los últimos días me han preguntado mi opinión sobre la idea de impulsar un Fideicomiso dentro de la Ley para la Protección del Ejercicio Periodístico del Estado de México y qué función tendría. Y la verdad estoy convencido de que un instrumento como este solo vendría a transparentar los beneficios y recursos que se manejan hoy en día para periodistas mexiquenses, cuyo destino es completamente desconocido.Si así es, no sería una bolsa a repartir entre una camarilla de personajes con medios de comunicación, sino un mecanismo para transparentar, primero, quién recibe, cuánto recibe, cuándo lo recibió y si es o no es periodista o simplemente es un ciudadano consentido del poder que encontró esa vía para ser beneficiario.
Para entender mejor las cosas deben explicarse así:
Durante los años 2016 y 2015, hubo un presupuesto destinado para apoyo a periodistas, mismo que no se sabe cuánto fue y qué alcances tuvo en el mejoramiento de las condiciones de vida de los reporteros mexiquenses; cada año lo hay sino es que durante todo el sexenio, incluyendo los regalos de fin de año.
Se habla de créditos para vivienda, de enganches para compra de automóviles, becas o estancias en el extranjero, viajes y otras cosas más, pero falta voltear a ver a nuestros compañeros del día a día y preguntarles si han sido beneficiados con una beca, con un crédito o un viaje, para que lo rechacen tajantemente e incluso se ofendan. Entonces quienes son los periodistas beneficiados?
Con la inclusión de un fideicomiso para periodistas habría transparencia, se sabría cuánto se tomó del dinero, para quién, para qué y se comprobaría que los beneficiarios realmente son periodistas en activo y no simples advenedizos.
Pero además nos tenemos que familiarizar con un término: FIDEICOMITANTE, es decir, la persona que está dispuesta a invertir para pertenecer, el periodista que no quiere nada regalado, pero que si sabe que necesita del apoyo para salir adelante en los momentos más críticos del oficio, entre ellos, la pérdida del equipo de trabajo, la enfermedad, la atención médica de urgencia ya sea por accidente o por agresión, la falta de empleo, o el desamparo por fallecimiento.
NINGUN PERIODISTA MERECE MORIR EN LA MISERIA Y SER ENTERRADO CON LIMOSNAS, en esta profesión no hay fondos de retiro, no hay pensiones ni jubilaciones, por lo que la creación de un Fideicomiso sería tomar en nuestras manos el futuro que queremos vivir dentro de algunos años, con nuestro esfuerzo, y un proyecto conjunto que incluya a las empresas y al gobierno estatal.
Sé que muchos compañeros periodistas están dispuestos a pelear por sus derechos, pero pocos pueden o tienen para ayudar a su compañero de al lado con sus necesidades, por eso es una postura egoísta pensar que nadie tenga acceso a financiamiento argumentando la coacción de la libertad de expresión.
Hoy existen beneficios que se reparten en lo obscurito, sin que nadie lo sepa, desde el anonimato muchos cobran haciéndose pasar por líderes de periodistas y los verdaderos periodistas que hacen la chamba día con día no reciben nada.
Con el Fideicomiso también podríamos verificar si los únicos beneficiarios son los dueños de los medios de comunicación, los líderes o si estos están llegando a los reporteros, a los reporteros gráficos, a los periodistas de a pie, pues dichos fondos serían fiscalizados por instancias del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, por Derechos Humanos y por Transparencia, pero también por periodistas representantes de las regiones del Estado quienes podrían dar el aval antes de recibir o no algún beneficio.
Este instrumento financiero –de establecerse- no será una bolsa para repartir dinero a todos los que se digan periodistas, sino para todos aquellos que se asuman como FIDEICOMITANTES, es decir, participen en la resolución de sus problemas de manera activa aportando, no solo pidiendo y la solicitud de cada integrante del gremio tiene que estar fundamentada en una necesidad no en un lujo o un capricho, pues se va a manejar dinero público conjuntado con nuestra aportación, por lo que tendrá que ser doblemente vigilado y fiscalizado.
Es así como el Fideicomiso sirve para transparentar lo que se llega a gastar durante un año en miembros de la prensa. O es acaso que, se prefiere seguir en el esquema discrecional que hoy se tiene?
El gobierno federal, por ejemplo, gasta miles de millones en publicidad para los medios de comunicación nacionales y no lo va dejar de hacer, porque una empresa pague o no seguro social a sus reporteros, porque un periódico, radio o televisora no se preocupe por la profesionalización de sus periodistas.
Sé que hay muchas cosas a las que nos enfrentamos y a veces no entendemos, pero no por ello podemos seguir sin discutir el tema del Fideicomiso, pues los periodistas tenemos hoy dos caminos por donde transitar: por el de la transparencia o el de la discrecionalidad. Ustedes qué prefieren?