- El profesor e investigador del ICAR de la UAEMéx, Víctor Ávila Akerberg, alertó sobre los daños ambientales que conlleva la compra de musgo para la decoración de los nacimientos navideños.
- Ávila Akerberg indicó que se deben privilegiar otro tipo de productos que pueden sustituir al musgo para fines ornamentales como el aserrín, el pasto o el heno.
Toluca, Méx.- La venta de musgo con fines ornamentales para los nacimientos navideños provoca daños ambientales a los bosques que puede llevar años reparar, afirmó el profesor e investigador del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales (ICAR) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Víctor Ávila Akerberg.
El universitario explicó que durante la temporada decembrina se presenta un daño a los bosques derivado del corte de musgo de manera ilegal y sin un plan de manejo sustentable por quien realiza esta actividad para su venta, lo que impacta directamente en estos ecosistemas, al dejarlos sin la capa protectora del suelo que permite la adecuada germinación de plantas, humedad y filtración de agua.
La recuperación total del musgo cortado, afirmó el investigador, puede llevar años y durante ese lapso, por lo tanto, hay efectos negativos colaterales para el ecosistema.
Ávila Akerberg indicó que los bosques de oyamel son los más afectados, especie que se ubica en el Estado de México y que a su vez sirve de hábitat para la mariposa monarca.
En ese sentido, el investigador exhortó a la población a sustituir la compra y uso de musgo ornamental por otros materiales, cuyo impacto ambiental es nulo o menor, como el aserrín, que puede ser pintado para dar el efecto de jardín, o el pasto, que es una opción adecuada.
“El costo en lo que se vende el musgo es muy poco comparado con lo que hace por el bosque, donde evita la erosión y hace que el bosque se regenere, también es hábitat para la fauna. Es un recurso natural que se vende barato, que se vende como ornato para que se vea vistoso el nacimiento y después de esta temporada se desecha. Entonces, es como un capricho, un deseo, no es una necesidad. El usarlo por unos días para que después se tire obviamente tiene impacto en el bosque y esto genera una disminución, una pérdida de los servicios ambientales que nos da el bosque”, explicó.
El heno, afirmó el investigador, es otra alternativa que puede ser un recurso no maderable aprovechable en el nacimiento, ya que crece más rápido que el musgo y lo hace sobre las ramas de algunos árboles, por lo que extraerlo puede beneficiar a la planta arbórea para que tenga un mejor desarrollo.
“Lo mejor sería pensar en no consumir el musgo, mejor pasto, que es más fácil de reproducir y se vende en muchos lugares, o el aserrín pintado. Hay tantos materiales que pueden suplir o simular un jardín, hay otras alternativas. Como consumidores jugamos un papel muy importante, optemos por otras alternativas”, recomendó el universitario.
El investigador indicó que en caso de que hubiera una necesidad de comercializar el musgo, esta actividad debe apegarse a la Norma Ambiental NOM-011-SEMARNAT-1996, que establece los procedimientos, criterios y especificaciones para realizar el aprovechamiento, transporte y almacenamiento de musgo, heno y doradilla.