El país vive hoy el auge de las candidaturas independientes, de los candidatos sin partido que buscan gobernar su estado, su municipio o bien obtener una diputación o un espacios legislativo, sin embargo, las exigencias de la ley hacen que muchos de los aspirantes por fuerza tengan un pasado partidista que les ayude a llenar el requisito de las firmas necesarias para lograrlo, pues son el 10 por ciento del padrón de electores y aunque en algunos casos es cosa fácil, en otros es un reto demasiado complicado.Por ejemplo, ser candidato independiente en Ecatepec donde el padrón es casi similar a un millón de ciudadanos obliga a obtener por lo menos 100 mil firmas sin recurrir a la televisión o la radio, porque se rebasarían los gastos de precampaña de cualquier forma, mientras que en municipios más chicos juntar alrededor de 500 o 900 firmas es todavía más accesible.
Sin embargo, hoy esta herramienta de la democracia ya está vigente para los valientes que tanto dejen un partido como ciudadanos sin partido que intenten conseguir el sueño político de votar y ser votados.
Incluso vemos al PRI defendiendo estas candidaturas y no solo porque muchos de los que abanderen esta intención puedan salir del partido oficial sino porque ello contribuye a que la olla de presión en que se ha convertido el país no explote súbitamente; los candidatos independientes también son una herramienta para quitarle presión al régimen actual, pues el argumento es sencillo: “si no les gustan los candidatos de los partidos pueden optar por un ciudadano ‘libre’ que se postule”.
Las candidaturas independientes no resolverán en gran medida la democracia en México, pero ayudarán a quitarle presión al régimen para que el estallido social se retrase cuando menos otros 6 o 9 años, por lo que con el tiempo será remplazado nuevamente con el fantasma de la alternancia en el poder presidencial.
El esquema de candidaturas independientes daña levemente a los tres principales partidos en el país que son el PRI, PAN y PRD, que serán sin duda los expulsores de figuras para ocupar estas postulaciones, pero también son una dura competencia para partidos como MORENA y Movimiento Ciudadano, quienes habían acuñado el impulso a las candidaturas ciudadanas por encima de sus cuadros militantes.
Muchos analistas coinciden que las candidaturas independientes le obsequian tiempo al sistema actual, pues por ejemplo, pese a la apertura solo uno de los 300 distritos federales se ganó por dicha vía, y lo mismo pasó en muchos estados, donde solo uno de los legisladores locales lo consiguió. Así tenemos uno entre 500 y uno entre 50.
Por otro lado, se presenta aunque todavía no es un hecho el gobierno de todos en Naucalpan con el panista Edgar Olvera, pues se menciona que integrará a figuras representativas de otros partidos políticos en su administración, entre ellos el ex petista Joaquín Vela González, que ahora es miembro del PRD, pero que siempre ha radicado en el municipio de Naucalpan; también se nombra a Horacio Jiménez del partido Movimiento Ciudadano como parte del futuro gabinete.
La idea parece lógica hasta cierto punto: gobernar para todos, con todos, no solo con su partido, reconociendo que hay personalidades importantes en todos los institutos políticos que pueden aportar para tener un mejor Naucalpan, habrá que ver a partir del primero de Enero de 2016 los resultados de este ejercicio y si esto no le pasa factura a la larga al edil panista.
Pero la idea no es nueva, se recordará que en el sexenio del priísta Ernesto Zedillo, se incluyó al primer procurador de la Republica emanado del PAN, Antonio Lozano Gracia y en el sexenio del panista Vicente Fox se tuvo el primer Secretario de Hacienda y Crédito Público emanado del PRI, Francisco Gil Díaz.
La idea del gobierno de todos o de compartir el gobierno también manda una señal a la ciudadanía que es simple: “si podemos ponernos de acuerdo para gobernar sin mirar colores”. Esto también ha pasado en la capital nacional, es decir, en el Distrito Federal con Miguel Ángel Mancera durante todo lo que va de su mandato, sin embargo el costo de esta mentalidad ha sido muy desastrosa para el partido que lo postuló: el PRD. Mientras que para el resto de los partidos ha sido muy favorable al grado de que partidos como MORENA, el PRI y el PAN han crecido en su representación política en las delegaciones capitalinas, en la Asamblea y en las diputaciones federales.
Quizá el más preocupado por el “gobierno de todos” que se quiere impulsar en Naucalpan deba ser el PAN, pero eso lo definirá en su debido momento cuando salga nuevamente a las calles a pedir el voto en el 2018, mientras solo basta darle tiempo al tiempo.