La infraestructura verde o sistema natural que soporta la vida ocupa apenas una tercera parte de la superficie del Estado de México, siendo los bosques el elemento más notable; en tanto, las otras dos terceras partes de la superficie corresponden a usos agrícolas y pecuarios, destacaron los especialistas de la Universidad Autónoma del Estado de México, Delfino Madrigal Uribe, Xanat Antonio Némiga y José Isabel Juan Pérez.
Los autores del estudio “La infraestructura verde del Estado de México” señalaron que la mayoría de los planes de desarrollo urbano apuntan hacia el mantenimiento de estas manchas boscosas remanentes y muy pocos pretenden ampliarlas.
La mayoría de los planes, afirmaron, se preocupan por dar mantenimiento a las Áreas Naturales Protegidas, parques estatales y públicos y en algunos casos, se propone establecer grandes manchas contiguas a las ya existentes.
Refirieron que la infraestructura verde es la red interconectada de cuerpos de agua, humedales, bosques, hábitat para la fauna y otros hábitats naturales, así como corredores verdes, parques y otras tierras bajo algún status de conservación, que aunados a granjas, ranchos, bosques, montes y otros espacios naturales, cumplen las funciones de dar soporte a la subsistencia de especies nativas, mantener los procesos ecológicos naturales, la calidad y abasto de agua y aire, así como contribuir a la salud y calidad de vida de las comunidades y sus habitantes.
En este sentido, indicaron que la infraestructura urbana, correctamente diseñada tras identificar las áreas adecuadas para el desarrollo y las áreas ecológicamente significativas, puede convertirse en un instrumento para moldear la forma urbana y proveer un marco para el crecimiento.
Los profesores e investigadores de la UAEM sostuvieron que la planificación del espacio urbano bajo una perspectiva de sustentabilidad se debe convertir en una prioridad en la agenda de todos los niveles de gobierno y de la sociedad, porque las dinámicas políticas y de crecimiento actual seguirán promoviendo la generación de espacios urbanos.
Puntualizaron que diversas y complejas son las problemáticas impuestas sobre la sociedad, por la desmedida urbanización, el desplazamiento de comunidades naturales y zonas agrícolas, la reducción de la calidad del aire y del agua, el abatimiento de los mantos acuíferos y serios problemas sociales, como la pobreza, la marginación y la delincuencia.
Por ello, subrayaron, el impacto de las crecientes demandas de poblaciones concentradas en un lecho urbano por servicios y bienes es profundo y termina por romper los delicados equilibrios de los ecosistemas en los que se inserta, afectando finalmente la calidad de vida que pueden tener los habitantes de estas regiones densamente urbanizadas.
En este sentido, los universitarios consideraron que un acercamiento a la sustentabilidad urbana sería la capacidad colectiva de crear condiciones de vida urbana que son buenas para el confort humano, el bienestar, la salud y que soportan los sistemas de los cuales depende la vida en el planeta.