- Carmina Vivero mencionó que las lecturas académicas y las de pasatiempo tienen que hacerse con gozo y disfrute, ya que ambas deben generar en el lector placer, lo cual permite al alumnado reflexionar en torno a los temas que está estudiando.
Toluca, Méx.- La lectura, tanto como pasatiempo como académica, es el mayor acto de libertad que puede tener la humanidad, afirmó la Doctora en Bibliotecología y Estudios de la información por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carmina Vivero Domínguez, al impartir la conferencia Leer, Agradable Pasatiempo, como parte del Programa “Abril, Mes de la Lectura” de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).
En este sentido, mencionó que cuando leer se convierte en una obligación, lejos de disfrutarse, es una actividad tediosa. En este sentido, Vivero Domínguez reflexionó que dentro del imaginario social se ha visto a las bibliotecas como un lugar de castigo, lo que genera que la lectura también sea vista como tal, ya que el debes y el tienes son imperativos incorrectos al momento de impulsar a las y los lectores, por ello, este hábito debe inculcarse, no de imponerse.
“Si tenemos docentes que no son lectores, difícilmente se va a lograr que las y los universitarios lean, pero si tenemos a una persona cercana que le guste esta actividad esto motiva, porque el ejemplo arrastra”, abundó
Ante este contexto, enfatizó que hoy en día han aumentado las posibilidades de tener en las manos un libro, ya que cada vez se cuenta con más formatos; además, en el caso específico de las bibliotecas se están abriendo a otro tipo de géneros literarios como el esparcimiento, con el objetivo de invitar a más personas a leer.
Carmina Vivero mencionó que las lecturas académicas y las de pasatiempo tienen que hacerse con gozo y disfrute, ya que ambas deben generar en el lector placer, lo cual permite al alumnado reflexionar en torno a los temas que está estudiando.
Asimismo, afirmó que, a diferencia de la niñez, en donde siempre se está cuestionado y preguntado todo, en la juventud se pierde la curiosidad y esto puede ser quizá por falta de lecturas que motiven a pensar y reflexionar, derivado de que se lee por obligación y no por gusto.
Finalmente, comentó que la lectura por placer favorece la concentración, reduce el estrés, amplía el vocabulario, mejora la ortografía, beneficia la toma de decisiones y garantiza que se tenga información actualizada para la vida diaria. Por ello, aconsejó que hay que inculcar este hábito por ocio y por placer desde las infancias, ya que así se forman las y los lectores y, subrayó, que leer es un lujo que vale la pena darse.