- Los primeros síntomas son: resequedad, pérdida de bello, calambres, hormigueo, adormecimiento frialdad y cambio de color.
- Con tratamiento médico adecuado también se evita ceguera o falla de la función renal.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Estado de México Oriente exhorta a prevenir el desarrollo del pie diabético, a través del cambio de hábitos de alimentación, ejercicio y apego al tratamiento.
De acuerdo con la médica María Trinidad Sánchez Ramírez, coordinadora auxiliar de Servicios de Prevención y Promoción de la Salud, del IMSS Estado de México Oriente, los pacientes con diabetes deben tener cuidados preventivos en los pies, a fin de evitar sufrir una lesión que pudiera acabar con la amputación de la extremidad; por ello, se debe acudir a consulta oportuna cuando comiencen los primeros síntomas.
La especialista insistió que es importante que el paciente identifique las primeras manifestaciones de la afectación, revisar constantemente el estado de la piel y las uñas del pie, así como la temperatura, estructura y alineación de los dedos para prevenir el desarrollo de lesiones.
Expuso que el pie diabético puede empezar entre cinco y 10 años después de que se diagnostica la enfermedad, sobre todo si no se tiene un control correcto y oportuno del padecimiento; los primeros cambios son resequedad de la piel, la cual empieza a perder bello, además de presentar calambres, hormigueo y adormecimiento.
Otro de los síntomas se registra cuando se comienza a notar frialdad en el pie, empieza a cambiar de color, o bien, después de recorrer uno o dos kilómetros comienza a tener dolor de extremidades, y al paso de que avanza la enfermedad, la dolencia es más frecuente; y si se está hablando de una enfermedad extremadamente avanzada, el paciente aún con los pies arriba de la cama tendrá un dolor que no se puede controlar.
La coordinadora auxiliar comentó que el pie diabético es una complicación tardía de la diabetes mal controlada, es un problema que se puede evitar vigilando el nivel de azúcar en la sangre, pero que aparece debido a que el enfermo no sigue el tratamiento médico adecuado; si lo hiciera a tiempo, no sólo evitaría el pie diabético, sino muchas otras complicaciones como la ceguera o la falla de la función renal.
Por último, recomendó acudir a consulta regularmente con el médico, aprender a controlar los niveles de azúcar en la sangre con alimentación balanceada, abrigarse adecuadamente en ambientes fríos, hidratarse, vacunarse contra la influenza y el neumococo, y realizar actividad física moderada, que puede ser caminata o trote durante 30 minutos al día.