Los incondicionales se reducen, el conjunto resiste: la aprobación presidencial

El domingo se presentará el primer Informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Si bien ya rindió dos informes previos a los 100 y 200 días de gobierno, este será el primero que se realizará de manera oficial. Por ello es importante revisar con qué nivel de apoyo llega a este día, a menos de un año de empezar a gobernar.

En julio, 57 por ciento de los ciudadanos dijo haber votado por López Obrador. En los resultados oficiales del INE el porcentaje fue de 53 por ciento. Es decir, 4 por ciento más de los ciudadanos dicen haber votado por el actual Presidente de los que realmente votaron. Este cuestionamiento no tiene el objetivo de verificar el voto de manera retrospectiva, sino el de evaluar si la gente sigue reconociendo su decisión en la urna.

Una forma alternativa de medir el apoyo al Presidente es reportar los niveles de participación reconocidos en la elección presidencial anterior y el porcentaje de electores dispuestos a votar nuevamente por el candidato ganador. En julio, 77 por ciento de los encuestados mencionó haber votado en la elección presidencial. Un dato que no coincide con el INE, que indica que el nivel de participación fue de 63.5 por ciento. Si bien este porcentaje se incrementa por ser una respuesta socialmente correcta, es un número 14 por ciento por arriba del dato oficial. Nuevamente se corrobora que el apoyo al ganador es mayor ahora que cuando ganó.

La aprobación presidencial es finalmente la que resume todo tipo de consideraciones de los ciudadanos para evaluar a la autoridad. La población sigue manteniendo una buena imagen del trabajo del mandatario, ya que 78 por ciento de los mexicanos lo aprueban, mientras que 18 por ciento se manifestaron en desacuerdo. Es importante resaltar que esta es una medición cara a cara en vivienda, lo más representativo de la opinión pública, a diferencia de las encuestas realizadas por internet, en las que se excluye a 35 por ciento de la población, o las telefónicas, donde se excluye a 50 por ciento de los ciudadanos.

Al revisar la serie histórica mensual de Parametría se observa que el dato más alto de aprobación es de 86 por ciento al inicio de este año. Comparado con este último registro hay una caída de ocho puntos porcentuales en términos absolutos. Sin embargo, más allá de la caída en términos absolutos parece más relevante la baja en la intensidad al apoyo presidencial. La caída de los que apoyan “mucho” al Presidente ha sido de 22 puntos de enero a la fecha (pasó de 66 por ciento a 44 por ciento en el último registro de Parametría).

Por otra parte, el porcentaje de quienes lo apoyan “algo” creció de 19 por ciento en enero a 34 por ciento en el último registro de julio. Es decir, un crecimiento de 15 puntos porcentuales. Es difícil conocer con precisión las razones de este cambio. Todo intento de encontrar una causalidad es muy especulativo. Lo cierto es que más allá del cambio en el número absoluto de apoyo, se observa un cambio en el porcentaje de los incondicionales que apoyan al Presidente.

Las razones de apoyo son ciertamente predecibles. 33 por ciento de las personas contestaron que la razón principal era el apoyo que le daba a las personas que menos tienen, 20 por ciento respondió que era porque sabía gobernar, 16 por ciento porque cumple sus promesas y un 8 por ciento porque combate la corrupción. En el caso de los que desaprueban el gobierno de AMLO, vemos que la principal razón que dieron era porque no cumplía sus promesas, 20 por ciento, porque no apoya los que menos tienen, 14 por ciento porque no ha mejorado la seguridad y 7 por ciento piensa que no sabe gobernar.

 Es claro que los ciudadanos dan un bono por el tiempo que el Presidente ha estado en el gobierno. Cuando se le preguntó a los mexicanos si consideraban suficiente el tiempo que lleva gobernando Andrés Manuel López Obrador para poder evaluarlo como gobernante, 77 por ciento de los encuestados consideran que es insuficiente el periodo de gobierno. Mientras que 21 por ciento opina que ya fue tiempo suficiente para realizar una evaluación de su gobierno. Es claro que el Presidente tiene tiempo.

En el desempeño del Presidente en cada una de las diferentes áreas de gobierno, 73 por ciento de los encuestados piensa que la educación ha sido positivo el trabajo realizado hasta ahora. El combate a la corrupción tiene una aceptación de 70 por ciento por 25 por ciento que opina lo contrario. El primer rubro es predecible que se reconozca, el segundo es notable. Más allá de los resultados parece haber una gran expectativa.

En contraste, el combate al narcotráfico es el área peor evaluada con 51 por ciento de los encuestados que tiene una buena opinión del desempeño por 36 por ciento que desaprueba las labores realizadas. Seguido del combate a la delincuencia con 51 por ciento de aprobación y 37 por ciento de desaprobación. Basta con que el ciudadano registre lo que ha pasado esta semana para que estos porcentajes se corroboren.

En conclusión, el Presidente sigue contando con el apoyo ciudadano. Ha perdido más intensidad que apoyo absoluto. Algunos analistas interpretan esto como una pérdida de apoyo y creen que eventualmente la aprobación presidencial bajará. Difícil hacer una predicción con estos números. Al final estos números serán relevantes en la medida que nos acerquemos a 2021. Por lo pronto solo habla de potencial capital político.