Los no lectores tienen sólo una idea del mundo, la que recibieron en sus casas o en el grupo social en el que se mueven, por lo que de pronto, se convierten en sujetos dogmáticos que creen que lo que ellos piensan es lo correcto, pero que además consideran que lo que es correcto para ellos debe serlo para los demás y empiezan a querer imponerlo, es decir, pasan del dogmatismo al fanatismo, señaló en la Universidad Autónoma del Estado de México, el filósofo, ensayista, narrador y poeta Oscar de la Borbolla.Al participar en el Programa “Abril, mes de la lectura” de la UAEM, el autor de libros como Las vocales malditas, La libertad de ser distinto y Nada es para tanto destacó que un lector tiene mayor información y más criterio, que repercute en su forma de hablar y escribir.
Al dictar la Conferencia “El placer de leer”, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Autónoma mexiquense, Oscar de la Borbolla refirió que la ingenuidad caracteriza a los no lectores.
“Este es un primer motivo por el cual trato de contagiar el gusto por la lectura, porque es una manera de proteger la diversidad y de protegerme a mí como individuo, para que no quieran convertirme y meterme en sus prácticas y sus formas únicas de ver la vida”.
Finalmente, Oscar de la Borbolla puntualizó que los no lectores manejan un vocabulario pobre, se expresan con estructuras mentales rudimentarias; les cuesta trabajo razonar y concentrarse, capacidades que hacen falta para la vida actual.