- Durante cuatro años fue embalsamadora y de septiembre de 2022 a la fecha desarrolla la tarea de hornera; Mayra ejerce un oficio poco común, en beneficio de las y los mexiquenses.
- En una ocasión tuvo la amarga experiencia de incinerar a su propio padre, momento en el cual, reconoció, “me quebré”.
Desde que ingresó en 2018 al Velatorio No. 20, en Ecatepec, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Estado de México Oriente, Mayra Gallegos Galván ha desempeñado dos actividades: embalsamar los cuerpos de los fallecidos para su entierro o cremación y ser técnica hornera en el horno crematorio.
Durante cuatro años, Mayra fue embalsamadora; ahora, de septiembre de 2022 a la fecha, desarrolla la tarea de “hornera”, una profesión donde demuestra que también las mujeres pueden capacitarse y sobresalir en campos que antes dominaban los hombres.
Para esta mujer de 40 años, con dos hijos, las dos labores son como cualquier profesión en las que la responsabilidad y el profesionalismo van de la mano para hacer bien las cosas.
“A mí, en lo personal, este oficio me ha gustado y lo hago con gusto. Fui capacitada en ambas responsabilidades y tengo un gran respeto por la persona que arreglo para el funeral. Ahora, como técnica en el horno crematorio, mi trabajo lo hago con sensatez y dedicación. No tengo miedo”, aseguró satisfecha.
Contó que el trabajo de hornero no le gusta a la mayoría de la gente, ni a los hombres, mucho menos a las mujeres. “Hubo la oportunidad de la plaza y la tomé. De acuerdo con mi experiencia como embalsamadora, el estar de manera directa con las personas fallecidas es algo normal para mí. Me interesó el reto y lo hago con respeto”.
Mayra es la única mujer en el IMSS que ha desarrollado estas dos actividades. “Cuando la gente o mis compañeros del Instituto saben de mi trabajo, no pueden creer que yo realice una actividad que requiere fuerza para mover los cuerpos a la hora de embalsamar o de cremar”.
“Los que no me conocen me dicen: ¿Y el hornero dónde está? y les contesto: Soy yo, y me dicen ¿eres tú? sí, soy yo. Dudan de mi capacidad. Para ser técnico hornero realicé cursos de capacitación para movilizar con técnica un cuerpo. Utilizo el traje adecuado y cuento con las herramientas para mi trabajo, las cuales me permiten facilitar el traslado del cuerpo al horno. Mi labor como embalsamadora me dio la experiencia. Y de igual manera ser hornera es un trabajo que me gusta”.
Aunque trabaja todos los días con los cuerpos fallecidos de manera rutinaria mientras los incinera, Mayra en una ocasión tuvo la amarga experiencia de incinerar a su propio padre, momento en el cual, reconoció, “me quebré”.
“Sí, eso fue muy muy duro porque al final era lo último que yo podía hacer por él, el cerrar la puerta y prender los quemadores, sí es muy difícil, porque al final de cuentas sabes que la persona que está ahí te dio la vida”.
A Mayra se le ve llegar puntual y optimista al horno crematorio del Velatorio No. 20, en Ecatepec, a desempeñar su responsabilidad habitual, como cualquiera de sus compañeros del IMSS. “Me siento orgullosa de lo que hago, me siento como un pavo real”.