- Antorcha plantea un cambio de sistema económico que reduzca la pobreza, la desigualdad y la marginación en México
Nicolás Romero, México.- De acuerdo a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) de los 38 naciones que la componen, México ocupa el octavo lugar como uno de los países con la más alta inflación en alimentos, situación que incrementa la pobreza, la desigualdad y la marginación entre los mexicanos, señaló el dirigente del Movimiento Antorchista en el noroeste mexiquense, Héctor Javier Álvarez Ortiz, al indicar que estos hechos se pueden contrarrestar con la implementación de un nuevo modelo económico que distribuya de forma equitativa la riqueza social.
La OCDE recientemente publicó que la inflación en México en el mes de abril, nada más en los alimentos, fue del 12.8 por ciento y se registró una inflación general con trayectoria ascendente del 9.2 por ciento. Porcentaje que ubica a México entre los diez países donde más subieron los alimentos. En este contexto se esperaba que la política contra la inflación anunciada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se empezará a reflejar a partir de mayo al contener los precios de 24 productos de la canasta básica, sin embargo, hasta el 6 de junio, esta medida ha sido un fracaso, refirió.
Por ello -aseguró- cada día que pasa toma más fuerza la propuesta del Movimiento Antorchista de implementar un sistema económico que distribuya equitativamente la riqueza social que producen los trabajadores mexicanos; con ello disminuiría la pobreza que afecta oficialmente, hasta el 2021 de acuerdo al Inegi a 55.7 millones de personas y con pobreza extrema a 10.8 millones.
En este sentido -concluyó- para que la población de México tenga acceso a una educación y salud de calidad, agua potable, drenaje, pavimentos y áreas de recreación, así como mejores condiciones de vida, el gobierno respaldado por la gente unida y organizada debe instrumentar los cuatro ejes económicos que propone Antorcha: 1.– la creación de fuentes de empleo para todos, 2.– la implementación de salarios bien remunerados con los cuales se pueda adquirir la canasta básica que fluctúa entre los 750 pesos diarios, 3.– la ejecución de una política fiscal progresiva en la que los que ganan más paguen más impuestos y los que ganen menos paguen menos o incluso nada y por último, 4.– la reorientación del gasto social en la aplicación de obras y servicios en las comunidades populares.