Nicolás Romero, México.- En la colonia Árbol Solo, así como en todas las comunidades de Nicolás Romero y del país que se encuentran adheridas al Movimiento Antorchista, nuestra organización social une, organiza y educa políticamente a la gente para exigir que se cumplan sus derechos a una vida digna y así puedan gozar de todos los servicios públicos tanto como de una buena educación, un trabajo bien remunerado, la construcción de infraestructura en sus comunidades y el pago de impuestos conforme su ingreso, indicó el activista social en la zona Alejandro Navarro García.
En la colonia Árbol Solo -señaló- nuestra principal tarea es la de unir a la comunidad con el fin de gestionar ante el Ayuntamiento las obras y servicios que hacen falta; así mismo educarla políticamente para que luche por la instauración de un sistema económico que distribuya de forma equitativa la riqueza social que producen con su fuerza de trabajo los obreros y trabajadores de México, con ello disminuiría la pobreza, la desigualdad y la marginación.
En la instrucción política del pueblo confluye el que la gente conozca sus derechos humanos y constitucionales, así como los acontecimientos sociales, políticos y económicos que pasan en nuestro estado, en nuestro país y en el mundo, para ello contamos con la ayuda de nuestros dirigentes nacionales, así como de los artículos que cada ocho días escribe nuestro Secretario General del Movimiento Antorchista, el ingeniero Aquiles Córdova Morán, quien esta semana redactó “¿Estamos al borde de una Tercera Guerra Mundial?
En donde aborda -dijo-que en las dos Guerras Mundiales las partes contendientes buscaban con la guerra interimperialista dirimir sus disputas por el mercado mundial y que ante el peligro eminente de una tercera Guerra Mundial surge la imposibilidad reiterada de llegar a acuerdos constructivos a favor de la paz y de la convivencia mundial.
Para concluir en que: “Los pueblos tienen derecho a saber la verdad y el peligro que corre la humanidad, verdad y peligro que los medios y la “inteligencia” de occidente (incluido México, por supuesto) le ocultan o le ofrecen tergiversada. Y deben saber también que solo los pueblos del mundo organizados, conscientes y en pie de lucha, pueden amarrar las manos a los guerreristas y obligarlos a respetar la vida y la paz de todos los habitantes del orbe. Estuvo de moda sentar plaza de insobornable defensor de la libertad y la democracia acusando al republicano Donald Trump de “fascista” y de “peligro para la paz mundial”; pero este enfoque facilón, falso y reduccionista, olvida o esconde que el fascismo nunca ha sido cuestión de una sola persona, por poderosa y perversa que se la suponga, sino de poderosas élites que han ido y van tras la quimera del dominio mundial absoluto. Ignora u oculta, por tanto, que el verdadero peligro es de quien representa los monopolios más agresivos y guerreristas de su país. Lo que los valientes héroes de la cruzada anti Trump defendían, sabiéndolo o no, es al verdadero fascismo, al fascismo de los monopolios financieros, al conducir a la opinión pública por un camino extraviado y opuesto a los intereses de la paz y de la convivencia entre todas las naciones de la tierra.