Conocer y entender el contexto, las razones y consecuencias de que en 1848, durante la invasión norteamericana, por un breve tiempo el municipio de Metepec haya sido capital del Estado, lleva a comprender que el momento actual que vive el país convoca a la unidad de todos los mexicanos, apuntaron Bertha Balestra y Christian Reynoso, autores de la obra ‘Metepec, capital del Estado de México’, así como Javier Domínguez Morales, secretario de Asuntos Parlamentarios del Poder Legislativo de la entidad, al comentar este texto.
En las instalaciones de la Biblioteca Legislativa Dr. José María Luis Mora, con la presencia de las legisladoras María Elizabeth Millán García (morena) y Juliana Felipa Arias Calderón, Javier Domínguez destacó que Alfonso Sánchez Arteche, quien prologa el libro, llama la atención sobre el hecho de que el jefe insurgente Juan Álvarez, durante la intervención de los Estados Unidos en México, haya negado apoyo al entonces gobernador Francisco Modesto de Olaguíbel y se dedicara a maniobrar para separar al actual estado de Guerrero del de México.
Para el Javier Domínguez este hecho “ilustra la realidad de esa época: una debilidad profunda debido a los enfrentamientos y la división interna, factor que aprovecharon nuestros vecinos para invadir”, pero también es una convocatoria muy seria a la unidad en el presente, porque más allá de las críticas hoy “es tiempo de cerrar filas”.
Al reconocer a los autores por su trabajo profesional y ampliamente documentado en diferentes archivos, específicamente en el del Poder Legislativo que se resguarda en la biblioteca, señaló que el apoyo a la investigación académica es un acto congruente con el interés de la 60 Legislatura de impulsar y promover la cultura.
La escritora Bertha Balestra apuntó que el interés de preparar esta obra nació con su designación como cronista municipal de Metepec, pero sobre todo al observar que había una gran laguna en el conocimiento del municipio en esa época. Describió cómo con la invasión de los Estados Unidos, cuyas tropas ocuparon varias zonas y poblados de la entidad, entre ellos la propia capital, Toluca, el gobierno y el Congreso decidieron trasladar los poderes a otro lugar más seguro, inicialmente a Sultepec e incluso Tenango del Valle, aunque por problemas de logística y estrategia finalmente se decidió que fuera Metepec.
De esta manera, entre el 22 de febrero y el 28 de abril de 1848 este municipio, que entonces era pueblo y no contaba con más de 4 mil habitantes, se convirtió en capital. Para ese momento el gobernador Modesto de Olaguíbel había sido destituido y nombrado en su lugar Manuel Gracida, a quien le sucedió Mariano Arizcorreta.
El también historiador Christian Reynoso detalló que a Metepec no se trasladaron los tres poderes, tan sólo el Ejecutivo y parte del Legislativo, que entonces contaba con 16 diputados. Añadió que, al término de la invasión norteamericana y la vuelta de los poderes a Toluca, los legisladores de la época decidieron elevar el pueblo a la categoría de ‘villa’, en agradecimiento por su hospitalidad y con el consecuente incremento de recursos para su desarrollo.
Los autores reconocieron el apoyo del Poder Legislativo para consultar el acervo documental de su biblioteca y coincidieron en que el libro puede leerse como un llamado a la unidad nacional.La obra es una coedición de la Secretaría de Cultura, a través del Fondo Editorial Estado de México y el Ayuntamiento de Metepec, publicada en 2015. Puede consultarse en la Biblioteca José María Luis Mora o descargarse en versión digital desde el siguiente enlace: http://ceape.edomex.gob.mx/sites/ceape.edomex.gob.mx/files/METEPEC%20CAPITAL%20WEB_1.pdf