- Suele ser provocada por la disminución de sus funciones y capacidades y repercute en la disminución de energía y continua disfunción social.
- El IMSS proporciona atención especializada a la persona adulta mayor con ese cuadro para que reciba el tratamiento médico adecuado.
La médica adscrita a la Coordinación de Prevención de Atención a la Salud, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Estado de México Oriente, Tatiana Van Der Heyden Pardo, señaló que la depresión es una enfermedad que está relacionada con una disminución en la serotonina, un neurotransmisor que regula las emociones de bienestar y el sueño, y se ve reflejada en una serie de alteraciones en las que dominan los sentimientos de tristeza y baja de la voluntad, siendo los adultos mayores uno de los grupos más vulnerables.
La médica explicó que la depresión suele detonarse por la pérdida de su vitalidad, cambio en ritmo de vida, disminución de sus funciones y capacidades, así como la muerte de su pareja, familiares, amigos cercanos o la separación de los hijos y las familias.
También puede presentarse por el inicio de una serie de enfermedades crónicas-degenerativas que con la edad empiezan a llegar.
Incluso la merma económica puede ser factor predisponente para una depresión; no es lo mismo que sea trabajador en activo a que tenga alguna limitante, como una pensión o que incluso no tenga ninguna entrada económica.
La especialista dijo que si no se atiende a tiempo, la depresión en adultos mayores de 60 años puede repercutir en la disminución de energía, en la merma en sus actividades o caer en disfunción social y familiar.
Subrayó que para tratarla primero deben acudir, o que sus familiares los lleven, con el médico familiar, quien los evaluará y canalizará a un Segundo Nivel o Tercer Nivel de Atención, para que reciba el tratamiento adecuado.
En la atención institucional se les invita también a tomar alguna de las actividades físicas, artísticas, artesanales y recreativas que se imparten en las Unidades de Medicina Familiar (UMF) y en los Centros de Seguridad Social (CSS), además de integrarse a grupos de adultos mayores, hacer ejercicio para mejorar la producción de la serotonina, mantenerse activo y alimentarse saludablemente.
La médica explicó que, si en casa se convive con un adulto mayor, mujer u hombre, ya sea mamá, papá, abuelos, hermanas o tíos que rebasen los 60 años y muestran señales como carácter irritable, colérico; apatía e indiferencia ante situaciones que de manera habitual disfrutaba; dormitar de más; no bañarse, comer menos o suspensión de sus tratamientos médicos, es posible que este en depresión, por lo que se debe buscar atención especializada.