- Platican sobre los recuerdos, anécdotas, vida y obra de José Luis Martínez, Delfina Careaga y Alí Chumacero.
- Invitan a los mexiquenses a asistir a la FILEM que se lleva a cabo en el Centro Cultural Toluca.
Toluca, Estado de México, 3 de octubre de 2018.- Grandes homenajes se vivieron en el cuarto día de actividades de la Feria Internacional del Libro del Estado de México (FILEM) 2018, que se efectúa en el Centro Cultural Toluca, donde se enalteció la vida y obra de José Luis Martínez, Alí Chumacero y Delfina Careaga.
El foro “Pita Amor” albergó el homenaje a José Luis Martínez, al que asistieron Rodrigo Martínez Baracs, hijo del homenajeado, y el escritor Adolfo Castañón, quien compartió que fue amigo del escritor contemporáneo, con quien trabajó y mantuvo una larga amistad y dio detalles de anécdotas y datos del crítico-teórico, como la amistad entrañable con otro grande enfocado a la poesía, Alí Chumacero, ya que fueron compañeros de generación.
Rodrigo Martínez explicó que su padre y maestro hizo crítica literaria, historia de la literatura y ensayo de la técnica en literatura, donde la importancia surge en la naturalidad, es decir, que el texto se adecue a la realidad, lo que representa una escritura difícil, un trabajo técnico y una disciplina.
“Mi padre decidió dedicarse a leer bien y transmitir al público el gusto por la lectura y la crítica literaria, el ensayo literario y la historia de la literatura, nos deja una gran lección de buscar en cada uno lo que hacemos menos mal o como un juego, lo que verdaderamente nos gusta hacer”, afirmó.
Asimismo, en la sala que lleva su nombre dentro de la FILEM, está exhibida la muestra de la vida y obra de este grande de las letras en México, la cual está compuesta por cuatro estaciones que abordan la vida personal, labor diplomática, función pública, labor académica y el legado de José Luis Martínez, así como 37 fotografías.
El siguiente homenaje del día fue para Alí Chumacero, en el que Francisco Javier Beltrán, Doctor en letras y miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua, leyó el texto que envió el maestro Vicente Quirarte, titulado “Una estatua a Alí Chumacero”.
“El título de su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua fue acerca del poeta y su mundo, creación de vida, herencia de sus maestros contemporáneos cuya primera intención era desentrañar los misterios y herramientas de la creación poética; para Chumacero, su oficio era el de corrector de pruebas y no podía ser poeta al mismo tiempo, además que se exige un larga reparación y un ojo entrenado”, apuntó.
Por su parte, Jorge Esquinca, uno de los poetas, traductores y ensayistas más destacados de México, dio a conocer las facetas de Alí Chumacero como poeta, editor, redactor de las cuartas de forros de varios libros en la colección “Letras Mexicanas” del Fondo de Cultura Económica.
“No son poemas fáciles, que se entregan de manera inmediata al lector, Chumacero nos está invitando a trabajar con él, se trata de una poesía exigente, por lo que el gozo de leerlo es mayor; en su faceta como hombre de letras, del literato, bibliómano, tenía una biblioteca, considerada una de las más grandes bibliotecas individuales junto a la de José Luis Martínez, miembros de la misma generación de escritores y como persona fue un hombre feliz que le gustó vivir y comer bien, de un humor esplendido”, detalló.
La jornada de homenaje terminó con la destacada presencia de la escritora mexiquense por convicción Delfina Careaga, nacida en la Ciudad de México en 1937, quien en 1975 publicó su primer libro de cuentos, “Muñeca vestida de azul”, el cual se convertiría en el guión de “La tía Alejandra”, que filmara el Director mexicano Arturo Ripstein, con el cual ganaría en 1980 el Ariel de Plata como el mejor guión de película.
Posteriormente, en 1983 se publicó su segundo libro “La Alquimia”, al año siguiente el Gobierno del Estado de México a través del Instituto Mexiquense de Cultura, le publicó su tercer libro “Cosas del tiempo y otros fantasmas”, y en 1985 ganó el Premio Nacional de Teatro “Emilio Carballido”, por su obra “Una tal Raimunda”, que en 1986 el maestro y dramaturgo Esvón Gamaliel puso en escena con lanzamiento internacional.
Careaga ha escrito más de 100 guiones para historietas, cuentos y ensayos publicados en varias revistas, ha colaborado en el Consejo Editorial de la Administración Pública estatal y actualmente está por presentar su publicación “Como al principio al final, es un cuento de nunca acabar” y es una mujer que le gusta escribir sobre la gente, el ser humano, las contradicciones y las sensaciones que no se dicen.
“Estoy agradecida con el Gobierno del Estado de México, la Universidad Autónoma del Estado de México y el Ayuntamiento de Toluca, ya tiene 10 años de la última vez que regresé a vivir a Toluca y esta vez será para siempre.
“Gracias por reconocer mis textos como literatura, gracias a mis jefes y compañeros, gracias mi familia mexiquense, con esa palabra que nace del corazón, que no alcanza a decir nada, porque aún no existe la palabra que traduzca lo que uno ofrece de entraña, pero al no haber opción, no me queda más que repetir, mismísimas gracias a todos”, manifestó.