Por Cecilia Hernández Anaya
En días pasados la Secretaría de Educación Pública (SEP) anunció la eliminación de los apoyos a las Escuelas de Tiempo Completo. Con ello, afecta a alrededor de 3.6 millones de estudiantes del Estado de México, entre niños y adolescentes adscritos al sistema de educación pública.
Desaparecer este programa impacta principalmente a familias de escasos recursos económicos, cuyos hijos eran beneficiados con desayunos calientes que les proporcionaba la institución educativa, para lo cual se formaron comedores escolares atendidos por los padres de familia y comités de apoyo.
Además, las escuelas de tiempo completo eran de gran ayuda para los padres de familia que trabajan y no tienen con quien dejar a sus hijos; además que tenían la seguridad de que eran alimentados de manera correcta.
El pasado 5 de febrero, el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó las reglas de operación del programa “La Escuela es Nuestra” (LEEN), con el cual sustituirá el programa de tiempo completo.
El programa LEEN, tiene como objetivo entregar recursos para la construcción, mantenimiento, equipamiento y gastos de la institución a través del Comité Escolar de Administración Participativa (CEAP). Pero, ¿cuántas escuelas entrarán en ese programa? ¿Cuándo empezarán a operar? Porque los estudiantes ya están en clases presenciales.
¿Cuántas escuelas tendrán el beneficio de LEEN? Está claro que muy pocas y lo que hay de fondo es un programa con fines electorales. Una vez más, la administración federal morenista quita lo bueno de los programas sociales que instrumentaron otros gobiernos e intenta promoverse con nuevas acciones, pero sólo con fines clientelares.
En Chimalhuacán existen más 600 escuelas de nivel básico y ninguna de ellas fue favorecida con el programa de tiempo completo bajo el pretexto de no cumplir con la matrícula o ser escuelas con dos turnos y, por tanto, dicho programa no era factible.
Con el programa LEEN está ocurriendo lo mismo: las escuelas están siendo vetadas, perjudicando a los alumnos de 600 escuelas, desde preescolar hasta secundaria, las cuales suman más de 110 mil alumnos.
El programa LEEN no cumple a los estudiantes y además agrede los derechos humanos de los niños y jóvenes porque es una obligación de las autoridades locales, estatales y federales garantizar una educación de calidad en instalaciones dignas y con garantías de salud y alimentación, a fin de desarrollar una educación de calidad. Con la propuesta federal, una vez más, retrocede la educación pues quita lo ya logrado, con lo que perjudica a los estudiantes.
El gobierno federal y la SEP eliminan la oportunidad de una educación de calidad, disminuyen la oportunidad de una mejor alimentación para los niños más humildes: recordemos que son 3.6 millones de niños y jóvenes afectados en Chimalhuacán, lo que traerá graves consecuencias.
Las escuelas con desayunos calientes en Chimalhuacán fueron una oportunidad para revertir la desnutrición, garantizar el aprendizaje académico y garantizar la salud de los estudiantes, tanto física como mental, porque además de la educación clásica, también se desarrollaron actividades artísticas en favor de la formación integral de los estudiantes.
El programa LEEN tampoco da garantías para mejorar las instalaciones educativas, hay escuelas con serios problemas de infraestructura y la inversión en educación es mínima. Lo que se hizo en Chimalhuacán fue con recursos propios de las administraciones: la presente administración ni siquiera ha sido capaz de apoyar con insumos de limpieza para garantizar un regreso seguro a las aulas y menos de proponer inversiones para desarrollar la educación.
Falta de apoyo y deficiencias son la constante de los programas de la 4T, propuestas inoperantes, no hay apoyos a la educación, los programas son un fracaso, todo en detrimento de la educación de niños y jóvenes.
La alternativa seguirá siendo la unión de los padres de familia, profesores y alumnos, para romper las barreras de la burocracia de la 4T y lograr una educación de calidad, generando las condiciones óptimas para los jóvenes estudiantes.
Organizarse y luchar por una sociedad mejor es la opción, no queda de otra. La solución solo está en el pueblo organizado.