El desarrollo social es un tema que en los últimos años ha generado una cantidad importante de estudios, ha sido punto de coincidencia para trabajar por quienes más lo necesitan y ha trazado nuevos retos.
Esto no es coincidencia, ya que se trata de un asunto directamente relacionado con la atención de las necesidades básicas de las personas, con su libertad para decidir sobre su bienestar y con la posibilidad de cumplir sus proyectos de vida.
El titular del Ejecutivo Estatal, ha incluido este tema en el Plan de Desarrollo del Estado del México 2017-2023, como uno de los cuatro pilares que permitirá a los mexiquenses mejorar su calidad de vida.
En él, se entiende al desarrollo social con un carácter multidimensional, orientado a combatir carencias, garantizar derechos y fortalecer capacidades, colocando siempre a las familias en el centro de las decisiones.
Con este marco de referencia, el Gobernador puso en marcha un modelo innovador, caracterizado por ser incluyente, integral, transversal e igualitario.
Previo a su implementación, lo alineamos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030; lo diseñamos con base en metodologías y mediciones realizadas por organismos internacionales y nacionales, entre ellos el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), además de inspirar su espíritu en enfoques como el propuesto por el Premio Nobel de Economía, Amartya Sen, referente al empoderamiento de la personas.
El modelo se basa en la estrategia “Familias Fuertes”, a través de la cual hemos organizado y coordinado más de 85 programas sociales de carácter estatal, con el fin de complementar los apoyos y garantizar a cada familia su acceso a una alimentación suficiente y nutritiva, a una salud y educación de calidad, a una vivienda digna y a un mejor ingreso.
Esta nueva forma de trabajo ha requerido un ejercicio transversal con dependencias y organismos de los tres órdenes de gobierno, así como la colaboración de los sectores social y privado.
En la Secretaría de Desarrollo Social y en los cinco organismos auxiliares bajo su coordinación, llevamos a cabo acciones para garantizar los derechos sociales y crear mayores oportunidades de desarrollo.
Nuestro esfuerzo se centra en la atención de los mexiquenses en condiciones de pobreza, que de acuerdo con la medición más reciente del Coneval, suman en el Estado 8.2 millones de personas; hacia ellos se orienta nuestro mayor esfuerzo.
Los programas que ejecutamos tienen un carácter compensatorio. La encuesta de distribución del gasto familiar 2017, señala que de cada peso que obtienen las familias, invierten en promedio 47.9 centavos en alimentos, 33.3 en transporte y cuidado personal, 10.5 en vivienda, 7.5 en educación y 0.8 en salud.
Lo anterior significa que los programas sociales contribuyen a complementar el faltante para que las familias atiendan sus necesidades básicas. La política social no parte de un “ingreso cero”.
Con estas consideraciones informo a ustedes que en este primer año de gobierno, pusimos en operación nueve programas sociales y cinco acciones estratégicas, para atender a niños, mujeres, jóvenes, adultos mayores e indígenas, principalmente.
De cada uno de ellos, me permito dar cuenta a continuación:
El licenciado Del Mazo se comprometió a ejercer un gobierno de las mujeres, bajo la premisa que son las mejores administradoras, son pilar del hogar y son quienes más procuran a su familia.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), las mujeres invierten 90% de sus ingresos en sus familias, mientras los hombres lo hacen solo entre el 30% y 40%.
Por ello, instruyó beneficiar a quienes todos los días trabajan por sus familias y se esfuerzan para que esta entidad sea cada vez mejor: me refiero a las amas de casa.
Según datos del INEGI, si monetizamos su trabajo, éste equivaldría a una cuarta parte del Producto Interno Bruto Nacional.
En atención a las inequidades que enfrentan las mujeres, se tomaron decisiones inmediatas. A solo cinco meses de iniciada esta administración se puso en marcha el programa Familias Fuertes Salario Rosa.
A la fecha, se han beneficiado a más de 100 mil amas de casa en condiciones de pobreza extrema y se tiene previsto atender a cerca de 379 mil durante el presente sexenio.
Cada una recibe un apoyo monetario bimestral de 2,400 pesos durante dos años, para sufragar gastos básicos en el hogar. El monto del apoyo cubre el costo de la canasta alimentaria mensual rural y el 73% de la canasta urbana, según cifras del Coneval.
Lo relevante del programa es que, además, se ofrece capacitación a las beneficiarias para desarrollar sus habilidades, concluir su educación primaria o secundaria, generar un autoempleo o emprender proyectos productivos.
Son más de 31 mil mujeres que se capacitarán en una primera etapa, a través de cursos y talleres ofrecidos por el Instituto de Capacitación y Adiestramiento para el Trabajo Industrial (ICATI), el Instituto de Investigación y Capacitación Agropecuaria, Acuícola y Forestal del Estado de México (ICAMEX), el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) y el Instituto Nacional de Educación para los Adultos (INEA).
El trabajo a favor de las mujeres es acompañado por la Brigada Rosa, la cual verifica mediante un carnet que las beneficiarias reciban sus apoyos, mejoren su condición de vida y se atiendan necesidades de algún otro integrante de su familia.
Este programa, al igual que otros ocho, será evaluado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a efecto de asegurar el cumplimiento de sus objetivos.
El Gobierno del Estado, también trabaja por las madres jóvenes, quienes en la mayoría de los casos han dejado de estudiar y no cuentan con ingresos propios para atender a sus hijos.
Al respecto, se beneficiaron a 11 mil de ellas, con 53 mil canastas alimentarias, además de ofrecerles cursos para su autocuidado y desarrollo integral.
Sabiendo de las necesidades de estas mexiquenses, se determinó sustituir el apoyo por transferencias monetarias, a efecto de darles mayores posibilidades de cubrir los requerimientos de su familia, además de capacitarlas para su desarrollo individual.
El bienestar de las mexiquenses no solo implica atender sus carencias y potenciar sus capacidades, sino también crear entornos que respeten sus derechos y las liberen de cualquier forma de violencia y discriminación en su contra.
Bajo esta visión, se puso en marcha el programa Mexiquense por una Vida sin Violencia, el cual constituye un mecanismo de prevención y atención de la violencia de género, el cual se encuentra vinculado con las tareas que realizan instancias de seguridad y de procuración de justicia.
En materia preventiva, capacitamos a más de 132 mil mujeres para combatir la violencia en su contra y les dimos a conocer los servicios que se encuentran a su disposición para protegerlas.
En el rubro de atención, se otorgaron más de 55 mil asesorías jurídicas, psicológicas y de trabajo social a mujeres en situación de violencia, además de 14 mil acompañamientos legales y patrocinio en juicios.
Se otorgó albergue temporal a 374 mujeres y sus hijos en situación de violencia, con el propósito de reincorporarlas a la vida familiar y social. Asimismo, más de 4,300 personas generadoras de violencia se reeducaron para combatir su conducta agresiva.
Se encuentran a disposición de la ciudadanía, las líneas telefónicas contra la violencia de género y contra la trata de personas. Con ellas hemos atendido a más de 5,300 usuarios.
De igual forma, más de 110 mil mujeres de poblaciones distantes recibieron servicios multidisciplinarios en unidades móviles.
Para combatir la trata de personas, hemos unido esfuerzos con las Secretarías de Turismo, de Transporte y de Educación, involucrando la participación de los sectores social y privado.
El Gobierno del Estado de México realiza importantes acciones para el cuidado de nuestros adultos mayores. Al respecto, puso en operación el programa Familias Fuertes “Personas Adultas Mayores”, mediante el cual 300 mil beneficiarios recibieron más de 2.8 millones de canastas alimentarias, para garantizar su acceso a una mejor nutrición.
Este programa nos ha permitido otorgar una atención integral, porque además del apoyo alimentario, los beneficiarios reciben en su domicilio, servicios geriátricos, médicos, jurídicos, psicológicos y de trabajo social ofrecidos por especialistas. Son más de 23 mil adultos mayores atendidos con estos servicios.
Una de las principales responsabilidades de las familias y del Gobierno es el cuidado y desarrollo de los niños y jóvenes.
Nuestra prioridad es beneficiar a menores que enfrentan condiciones de pobreza y vulnerabilidad, por ello, atendimos con 137 mil canastas alimentarias a más de 23 mil niños con alguna discapacidad, en tratamiento de salud especializado, en situación de orfandad o que vivan en hogares monoparentales masculinos.
Uno de los principales desafíos que enfrenta nuestra juventud es la falta de recursos. Ante esa situación, pusimos en marcha el programa Familias Fuertes “Jóvenes en Movimiento”, mediante el cual beneficiamos con una transferencia económica a más de 12 mil estudiantes de educación media superior y superior, para ayudarlos a cubrir gastos de educación y de movilidad.
Asimismo, 95 mil jóvenes recibieron una tarjeta de descuento con la cual pudieron obtener productos a bajo costo en los rubros de educación, salud, alimento, vestido y recreación, principalmente.
Para su desarrollo integral, realizamos jornadas comunitarias en las que 10,500 jóvenes recibieron servicios de salud, empleo, educación, actividades culturales y protección de sus derechos.
También llevamos a cabo 28 eventos para reconocer su desempeño sobresaliente, destacando el Premio Estatal de la Juventud.
El Gobierno del Estado de México reconoce la diversidad y la riqueza cultural y étnica de nuestra población indígena, asentada en 43 municipios de la entidad. La mejor forma de hacerlo es contribuir a su preservación y garantizar sus derechos sociales.
Por ello, pusimos en marcha el programa Familias Fuertes “Niñez Indígena”, con el cual 10 mil niñas y niños que estudian su educación básica en escuelas públicas, recibieron más de 100 mil canastas alimentarias y apoyo para uniformes y útiles escolares.
Para el mejoramiento de la vivienda, a través del programa Vivienda Indígena Digna, 1,800 familias fueron beneficiadas con materiales de construcción, calentadores solares y tinacos. En este año focalizamos los apoyos de este programa para destinarlos básicamente a la construcción de pisos de concreto.
Reconociendo el legado de nuestros pueblos indígenas, se realizaron 68 eventos culturales, en los que más de 17 mil personas pudieron disfrutar de su música, danza, gastronomía, vestimenta y lengua.
De igual forma, se promovieron 16 proyectos culturales para preservar las manifestaciones y costumbres indígenas, así como 31 proyectos productivos para apoyarlos a emprender un negocio.
En apoyo a las personas en condiciones de vulnerabilidad, se puso en operación el programa Familias Fuertes “Alimentación Mexiquense”, con el que 432 mil persona recibieron más de 1.2 millones de canastas alimentarias.
Con el programa Fortaleciendo Comunidades beneficiamos a cerca de 2 mil personas con materiales para construcción, pintura, láminas y tinacos, a efecto de mejorar los espacios de su vivienda; asimismo, cerca de 7 mil recibieron sillas de ruedas, andaderas, bastones y muletas para facilitar su movilidad.
Estos son los principales avances y resultados obtenidos durante el primer año de gobierno del licenciado Alfredo Del Mazo Maza.
En él, he referido números, porcentajes y estrategias, pero en cada una de ellos existe detrás una persona, una historia de vida y la esperanza de un mejor bienestar.
Nuestro centro de atención son las personas y sus familias, por ello, asumimos esta responsabilidad con el mayor compromiso y con el único objetivo de ofrecer una vida más justa e igualitaria a los mexiquenses.