- La organización civil Fuera del Clóset entregó un documento.
Toluca, México.- Integrantes de la organización civil Fuera del Clóset, solicitaron al presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (Codhem), Jorge Olvera García, un pronunciamiento categórico en torno a las terapias de conversión o reconversión de orientación sexual, a las que califican de tortura por atentar contra la dignidad humana, al tiempo de enfatizar que esta acción sentaría un precedente para impulsar una ley al respecto.
Mediante un documento entregado en la Oficialía de Partes de la Codhem, el presidente de la organización Ricardo Torres y la psicóloga Katia Esquivel Cañas, aseguraron tener conocimiento de tres casos en la entidad, dos varones del Valle de Toluca y una joven de Ecatepec, a quienes se trató de convencer que deben seguir el modelo heterosexual, a pesar de afectar su integridad y autoestima. Indicaron que a nivel nacional hay detectados cinco casos; sin embargo, no hay denuncias, porque no existe una ley que sancione esa acción.
Al exhortar a los padres de familia a establecer más canales de comunicación con sus hijos, Ricardo Torres y Katia Esquivel, apelaron a la sensibilidad del presidente de la Codhem, Jorge Olvera García, para que el Estado de México sea una de las primeras entidades en pronunciarse sobre el tema, como ya lo hizo el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) y otros organismos defensores de derechos humanos, con el objetivo de que los próximos integrantes del congreso local puedan presentar y aprobar una ley que prohiba dichas prácticas.
Ricardo Torres detalló que las terapias de conversión son promovidas por grupos ultraconservadores y religiosos y por supuestos psicólogos, que buscan a través de diversos métodos, tratar de revertir la orientación sexual e identidad de género de integrantes de la comunidad lésbico-gay.
Sobre las afectaciones a quienes son sometidos a éstas, Katia Esquivel Cañas destacó que pueden generar conductas autodestructivas que lleven a situaciones graves como el suicidio, y son consideradas como tortura porque atentan contra la salud mental de las personas.
Cabe indicar que la Asociación Americana de Psicología descartó desde 1973 a la homosexualidad como un trastorno y en 1990 la OMS ratificó que se debe dejar de categorizar como enfermedad, a fin de que ya no tenga cabida ese tipo de terapias en el ejercicio médico del psicólogo, además, el Código Ético Mexicano de Psicología establece que esos profesionistas no están facultados para utilizarlas, ya que afectan la dignidad humana.