- La Profesora de Tiempo Completo del Centro Universitario UAEM Temascaltepec, habla de la estrecha relación profesional y emocional que desde hace cuatro décadas tiene con este especio universitario ubicado en el sur de la entidad.
Temascaltepec, Méx.- “La Universidad Autónoma del Estado de México es mi casa, mi segunda madre, mi familia. Me formó, me arropó. Todo lo que tengo es gracias a ella. El patrimonio que tengo es por ella. Mis hijos se formaron en ella. Mi esposo también se formó aquí. Es un gran tesoro”.
Con estas palabras Francisca Avilés Nova, Profesora de Tiempo Completo del Centro Universitario UAEM Temascaltepec, describe su vínculo con la Máxima Casa de Estudios mexiquense, la estrecha relación profesional y emocional que mantiene con el campus ubicado en el sur de la entidad.
“El Centro Universitario es mi esencia. Vivo a tres minutos de aquí. Llego y siento que es mi casa. La UAEM es única y como Temascaltepec no hay dos”.
Originaria del Barrio de Santiago, en la cabecera municipal de Temascaltepec, mismo en el que se encuentra dicho campus de la Autónoma mexiquense, Avilés Nova rememora los paseos, los días de campo que en las inmediaciones del río que circunda este espacio universitario tenía con su familia cuando era niña.
“Disfrutaba mucho del ruido del río con mi familia. Hacíamos días de campo y compartíamos la naturaleza con todos los hermanos. Tengo gratos recuerdos de mi infancia y eso me ayudó mucho a emprender lo que soy. Me siento afortunada de ser de esta localidad, que tiene una gran riqueza ambiental”.
La Doctora en Ciencias Agropecuarias y Recursos Naturales por la UAEM relata que desde niña tuvo una especial atracción por la naturaleza. “Me gustaba observar las flores silvestres, los árboles, colectar frutos y observar los insectos. Siempre me ha gustado el bosque, en él me siento libre, contenta”.
En 1982 Avilés Nova egresó de la preparatoria regional del municipio. Ese mismo año inició la primera etapa de la descentralización de la UAEM, creándose la Extensión Académica de la Facultad de Ciencias Agrícolas en Temascaltepec, con la carrera de Ingeniero Agrónomo Fitotecnista; sin embargo, al no contar con el perfil de Ciencias Biológicas, ella tuvo que repetir el bachillerato para al año siguiente, iniciar sus estudios con la primera generación del campus en la carrera de Ingeniero Agrónomo Zootecnista, de la cual egresó en 1988.
“Cuando ingresé en 1983 mi grupo era de más de 50 alumnos; sin embargo, a través del tiempo quedamos 24: 20 hombres y cuatro mujeres. Fui de las primeras en titularse”.
La académica universitaria, proveniente de una familia de nueve hermanos: cinco mujeres y cuatro hombres, refiere que sus padres siempre se esforzaron para que todos sus hijos estudiaran, se prepararan, se superaran.
“Ellos fueron quienes me dijeron que en Temascaltepec habría una universidad y ofrecería la carrera de Ingeniero Agrónomo. Me impulsaron. Siempre han sido mi sostén y gracias a ellos nunca tuve duda de algún día ser agrónoma”.
En 1992, Francisca Avilés Nova inició su carrera como profesora del Centro Universitario UAEM Temascaltepec.
“Realicé una tesis de licenciatura relacionada con las gramíneas silvestres del municipio de Temascaltepec, la cual finalmente se hizo libro. Me invitaron a dar la materia de botánica de forrajes. Me gustan mucho las plantas forrajeras, que me vincularon y anclaron con lo que es mi profesión”.
En 2001 la académica fue invitada a participar en el Programa de Maestría en Ciencias Agropecuarias y Recursos Naturales y de ahí pasó al doctorado directo, del cual se graduó en 2006.
“Entonces me convertí en Profesora de Tiempo Completo. Ahora tenía un posgrado, aunque ya era Especialista en Floricultura y tenía un Diplomado en Administración Agropecuaria; además, ingresé al Sistema Nacional de Investigadores y desde hace 10 años ostento el Nivel 1”.
Francisca Avilés Nova califica su vínculo con el Centro Universitario UAEM Temascaltepec como una experiencia de vida única. Se expresa orgullosa de haber crecido tan cerca y a la par del espacio educativo, de participar de manera activa, desde hace casi tres décadas, en la formación de ingenieros agrónomos zootecnistas, a través de la docencia y el desarrollo de proyectos de investigación, de asesorar para su graduación a estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado, así como representar académicamente a la Autónoma mexiquense en los ámbitos nacional e internacional.
“He sido tutora académica de más de 60 alumnos de licenciatura, seis de doctorado y siete de maestría, incluso de la Universidad Autónoma de Guerrero y la Universidad Autónoma de Chiapas. He formado alumnos que ahora pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores”.
Refiere que cuando el Centro Universitario UAEM Temascaltepec inició actividades eran pocos alumnos, pocos profesores, pero ellos fueron la base y el sustento de lo que hoy es este campus.
“El Centro no tenía instalaciones. Inició actividades en la preparatoria regional, así que en algún momento nos tocó acarrear algunas piedras para tener nuestra propia escuela. Veíamos cómo los albañiles trabajaban, cómo iban construyendo las paredes de la escuela. Estábamos emocionados. No teníamos áreas para prácticas, pero los maestros veían la manera de que pudiéramos hacerlas. Nos pedían que trajéramos un pollo, una gallina, y lo hacíamos con gusto. Éramos pocos y convivíamos mucho. Nos hicimos grandes amigos”.
Expresa lo gratificante que fue presenciar el crecimiento de este espacio universitario, la construcción de laboratorios y aulas, la creación de más licenciaturas, el crecimiento de la matrícula, que pasó de un grupo a más de mil alumnos; incluso, la generación de empleos alrededor de la actividad del Centro, para cuya comunidad se vende comida, ofrece hospedaje y otros servicios.
Consciente de que está por cumplir tres décadas al servicio de la Universidad Autónoma del Estado de México y jubilarse, Francisca Avilés Nova se dice feliz y profesionalmente satisfecha, ya que ha cumplido con la misión de formar alumnos.
“Me gusta mucho dar clases, ser docente, enseñar, vincular la investigación con el trabajo de campo, orientar a los alumnos y convivir con mis compañeros. Me formé en mi propio pueblo. Aquí tengo mi vida y mi trabajo y, sobre todo, esa labor tan loable que es formar profesionalmente jóvenes”.