UNIVERSITARIOS DE UAEMEX EXIGEN PROPUESTAS, NO GUERRA SUCIA

La comunidad universitaria de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) está harta de la guerra de lodo que algunos ex priistas han querido impulsar en la contienda interna por la rectoría. Lejos de contribuir al fortalecimiento de la institución, estas prácticas representan un retroceso y un insulto a la inteligencia de quienes buscan una universidad basada en la excelencia académica, el respeto y la integridad.

Uno de los nombres que resuena con fuerza en esta estrategia de desprestigio es el de Ivette Tinoco, una exfuncionaria que representa lo más rancio del priismo universitario. Su aparición en el entorno de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, promoviendo la candidatura de Laura Benhumea, ha encendido las alertas en la comunidad estudiantil y docente. No se trata de un simple respaldo político, sino de la reedición de vicios que la universidad ha intentado superar con mucho esfuerzo.

Tinoco no es ajena a la vieja política de manipulación y control. Durante su paso por la administración de Jorge Olvera García y su breve estancia en el gobierno de Alfredo del Mazo, quedó clara su lealtad a un modelo de gestión basado en el amiguismo y la exclusión de voces críticas. Ahora, su involucramiento en la contienda interna de la UAEMéx solo refuerza la percepción de que algunos sectores se resisten a abandonar sus privilegios y buscan perpetuar un sistema que ya no tiene cabida en la universidad moderna.

La embestida contra Eréndira Fierro, proveniente de un grupo cercano a José Martínez Vilchis, es otro ejemplo de cómo se está intentando torcer la contienda con ataques y desinformación. No es una lucha por la representación femenina, como algunos han querido disfrazarla, sino un intento de mantener el monopolio del poder dentro de la institución. Sin embargo, la comunidad universitaria no es ingenua y ha comenzado a exigir un debate basado en ideas y proyectos, no en descalificaciones.

En este contexto, la decisión de las y los universitarios debe estar guiada por la ética, la transparencia y el compromiso con la educación. El futuro de la UAEMéx no puede estar en manos de quienes ven a la universidad como un botín político, sino de quienes verdaderamente apuestan por su transformación.

La exigencia es clara: propuestas, no golpeteo. Quienes no entiendan este mensaje, simplemente se quedarán atrapados en el eco de un pasado que la comunidad universitaria ya ha decidido superar.