- Urge prevenir cólera, salmonella, norovirus, rotavirus y la influenza.
- Atención psicológica por traumas durante y posterior al huracán.
- Se puede propagar el dengue, chikungunya, zika y la malaria, en zonas inundadas.
El Grupo Integral de Derechos Humanos (GIDH) “Lex-magister” urgió a las autoridades del gobierno federal en acelerar la estrategia para atender las necesidades de las personas afectadas por el huracán Otis, en vista de la amenaza de enfermedades como el cólera y otras relacionadas con la pérdida de vidas humanas y de animales, que podrían generar una crisis de salud en la región.
Su presidente Jesús Rey Fierro Hernández, resaltó la importancia de, no solo reparar los daños materiales, sino también de invertir en la atención de salud a las personas afectadas, “es una situación de derechos humanos relacionados al acceso a la salud y el derecho a la vida digna”.
“A un mes de distancia de la tragedia del huracán Otis, urge evitar que estas circunstancias pongan en peligro la vida y la salud de las personas, especialmente las más vulnerables, como mujeres embarazadas, niños, adultos mayores, personas enfermas o personas que padecen enfermedades crónicas”, dijo.
Fierro Hernández, galardonado con el Premio Nacional de Derechos Humanos 2017, subrayó que no solo se necesita atención médica, sino también atender las necesidades básicas de salud, así como los cuadros de alteración psicológica, “ya que muchas personas que sufrieron el impacto del huracán Otis podrían estar lidiando con traumas, particularmente los menores de edad.
“Es fundamental brindar apoyo adecuado para prevenir complicaciones en la salud emocional de las personas afectadas, en particular aquellas que han perdido no sólo sus hogares sino también a seres queridos; incluso, para prevenir cuadros traumatológicos posteriores a la reconstrucción”.
El doctor en derecho recordó que, “ya se presentan infecciones gastrointestinales, respiratorias, heridas y enfermedades transmitidas por vectores. “Las infecciones gastrointestinales suelen estar relacionadas con el consumo de agua y alimentos contaminados, lo que puede ocurrir debido a las inundaciones provocadas y el estancamiento de agua. Estas infecciones pueden incluir el cólera, la Escherichia coli enterotoxigénica, la Salmonella, el norovirus y el rotavirus”.
Sobre las heridas producidas tras el impacto del huracán, “éstas tienen un alto riesgo de contaminación, máxime si han pasado días sin ser atendidas por un especialista. Las infecciones respiratorias se vuelven más frecuentes en situaciones de hacinamiento, ventilación inadecuada y clima extremo. Entre las infecciones respiratorias destacan el virus respiratorio sincitial, la influenza y la meningitis”.
“Las enfermedades transmitidas por vectores, como el dengue, chikungunya, zika y la malaria, aumentan en situaciones de inundación, ya que estas condiciones favorecen la proliferación de mosquitos, como en el caso de Acapulco y las poblaciones aledañas que aún no cuentan, o cuentan con mínima, ayuda humanitaria”.
De esta forma, el defensor del pueblo advirtió que “la prevención y la colaboración entre las autoridades, son esenciales para mitigar el riesgo de una crisis sanitaria, y abordar de manera inmediata la amenaza de enfermedades tras cumplirse un mes del desastre de este fenómeno perturbador”.