Es necesario que los zoológicos proporcionen un ambiente que fomente adecuadamente el bienestar psicológico de los animales, pues de lo contrario, puede generarse un riesgo para la salud física y la aparición de alteraciones de comportamiento, afirmó la especialista de la Universidad Autónoma del Estado de México, Ana Dolores Díaz de la Vega Martínez.La experta subrayó que la respuesta de un animal a su ambiente no es aleatoria, es decir, no depende del azar o la suerte; “se trata de patrones de actividad altamente organizados y muy complejos, denominados comportamiento”.
Puntualizó que los animales mantenidos en cautiverio inevitablemente se encuentran en ambientes empobrecidos, en comparación con los de la vida natural. “El comportamiento animal es una secuencia de respuestas relacionadas con alguna necesidad de la especie, como obtención de alimento, adquisición y conservación de un espacio vital, protección y reproducción”.
En este sentido, dijo, se sabe que los animales utilizan su libertad como uno de sus recursos más importantes para habituarse a las condiciones en las que desarrollan su actividad vital y cada especie tiene sus propias necesidades y distintas formas de cubrirlas.
Díaz de la Vega Martínez recalcó que algunos comportamientos anormales son: la locomoción repetitiva, la agresión exacerbada, mutilación y coprofagia o consumo de materia fecal, asociada al escaso bienestar del animal.
Detalló que en la década de los 70 se empezó a poner más atención a las necesidades físicas, fisiológicas y psicológicas de los animales en cautiverio; entonces apareció el concepto de “bienestar psicológico”, entendido como el estado de salud física y mental en la cual los individuos están en armonía con el medio.
Este bienestar, señaló, depende de las condiciones artificiales en que se encuentren; de ahí la importancia de mejorar el ambiente de un animal, que incluya crear un ambiente parecido al ambiente natural, aparatos artificiales, actividades de busca de alimentos y control de los elementos no comestibles.
Ana Dolores Díaz de la Vega Martínez consideró que un modo de enriquecer el ambiente del animal es aumentar el tiempo dedicado a la adquisición de comida.