- Es uno de los lugares más representativos en el Estado de México debido a su tradición artesanal, riqueza gastronómica y espacios para la difusión cultural.
- Son las familias de Metepec encargadas de preservar sus costumbres y legado a través del barro.
Metepec, Estado de México.- Celebrar y reconocer los nombramientos como Pueblos Mágicos de los municipios de la entidad mexiquense es una oportunidad para mostrar las riquezas naturales, culturales, arquitectónicas, artesanales y muchas más que cautivan a las y los turistas.
En esta ocasión, la Secretaría de Cultura y Turismo invita a descubrir las maravillas que hacen de Metepec uno de los Pueblos Mágicos más visitados y es que, a casi una década de su nombramiento, es uno de los lugares más representativos debido a su tradición artesanal, riqueza gastronómica y espacios para la difusión cultural, además, en él convergen la modernidad y la tradición.
Su nombre significa “En el cerro de los magueyes” y conserva una riqueza cultural inigualable entre su arquitectura de espacios como el emblemático Calvario, que tras subir una escalinata ofrece su fachada neoclásica, un impresionante vitral, así como murales y retablos, sin olvidar el mural Árbol de la Vida, que integra 2 mil 600 placas de barro con imágenes de las artesanías que han dado fama a Metepec, y a la Capilla del Tepeyac, ubicada en la cima del cerro.
En turismo religioso cuenta con la parroquia de San Juan Bautista, construida con un estilo barroco y, a su lado, el antiguo Convento Franciscano fundado en 1569, y que luce una arquitectura colonial.
Este Pueblo Mágico es conocido mundialmente por su tradición artesanal, ya que las familias de Metepec han sido encargadas de preservar sus costumbres y legado, a través del barro, material que cobra vida y color en forma de jarros, soles, lunas, calaveras, candeleros, jarrones, macetas, cazuelas, vajillas, adornos y el inigualable árbol de la vida que lleno de flores, animales o simbología religiosa hacen de esta pieza un ícono de este lugar.
Además, tiene variedad cultural con espacios como el Museo del Barro, donde se exhibe la cazuela más grande del mundo, el Centro de Exposición y Venta Artesanal que congrega a 90 familias artesanas que trabajan piezas tradicionales de barro policromado, vidriado, natural o pigmentado, y piezas de piel, cuero, vitrales y cestería, plazas como Plaza Juárez donde la fuente de la Tlanchana se vuelve el punto perfecto para la toma de fotografías.
En cuanto a la gastronomía, el paladar disfruta de una extensa variedad, desde comida tradicional, como tacos y antojitos mexicanos, dulces típicos y comida internacional, aunque un imperdible es probar la bebida tradicional conocida como “garañona”, licor hecho con hierbas que conserva la tradicional receta familiar.