Nicolás Romero, México.- Una de las tantas injusticias que padecen los mexicanos, derivada de la inequitativa distribución de la riqueza que se da en el capitalismo, es el hambre, problema social que causa la muerte. El profesor e investigador de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Arnoldo Kraus, ha señalado que por causa de la miseria en México mueren 23 personas al día por hambre.
La pobreza, el rezago social, la marginación y discriminación que se vive en el país agravan más esta problemática: el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) 2022 informó que el 23.5 % de la población vive en pobreza alimentaria, lo que afecta que la desnutrición afecte al 7.7 % de la población en zonas urbanas y al 11.2 % en zonas rurales.
Pero según los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018, el problema es más grave porque en el 2018 el 55.5% de los hogares en México se clasificaron en alguna de las tres categorías de inseguridad alimentaria y se registraron 881,752 niños con desnutrición crónica.
El hambre en México ha crecido desde hace cuatro años: en 2019 estaba en el lugar 23 del Índice Global del Hambre (GHI) y en 2022 en la posición 42. El GHI determina el hambre en una escala de 100 puntos donde 0 es la mejor puntuación posible sin hambre y 100 es la peor.
Lo que se traduce en que, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador el hambre se incrementó por el aumento de la pobreza que viven millones de mexicanos. En este contexto, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en su último estudio, manifestó que 4.8 millones de mexicanos, mayormente mujeres y menores de edad, no saben si comerán durante el día.
La pobreza tiene otras variantes más: la obesidad y la anemia que surgen por la falta de una alimentación equilibrada que proporcione los requerimientos para un crecimiento sano. La falta de recursos económicos lleva a la gente a consumir alimentos chatarra que no le aporta suficientes nutrientes para producir glóbulos rojos, como sí lo hacen las verduras, las frutas y los productos derivados de la carne de res, de ave, pescado y mariscos, así como el hígado.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al 38 % de los niños de 12 a 24 meses sufren anemia en México y hay 36 % de menores en edad escolar con sobrepeso, por lo que México es la nación con mayor obesidad infantil a nivel mundial y el segundo lugar en edad adulta.
El hambre, la obesidad y la anemia son el resultado de un capitalismo que favorece la inequitativa distribución de la riqueza social en México, al permitir que los grandes industriales y empresarios exploten a los trabajadores y solo les paguen un salario mínimo que en mucho de los casos no sobrepasa los 6 mil 210 pesos mensuales, cantidad que es insuficiente para adquirir la canasta básica para cuatro integrantes de una familia, quienes cada uno necesita al mes un ingreso de 2 mil 144 pesos por persona.
Para lograr esa cantidad para sus gastos solo de alimentación, un obrero o empleado debería ganar por lo menos 286 pesos diarios, sin invertir ni un solo peso en educación, salud y vivienda y tan sólo percibe 207.44 peros que evidentemente no le alcanzan para adquirir la canasta básica necesaria.
De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México es el tercer país con mayor desigualdad económica, situación que cambiará con un nuevo modelo económico de producción.