LA OPOSICIÓN EN MÉXICO: UN FANTASMA QUE NADIE VE

Los números son demoledores. Según la reciente encuesta de Buendía & Márquez, el 57% de los ciudadanos ni siquiera sabe qué responder cuando se les pregunta por la oposición. Un 31% simplemente considera que no existe, y solo un 3% menciona una opción diferente.

Esto es un reflejo brutal de la realidad política de México: la oposición está desaparecida, desdibujada y sin rumbo. Sin liderazgos claros ni propuestas atractivas, los partidos que deberían representar una alternativa al poder actual están reducidos a meros espectadores de la transformación nacional.

2027, 2029 y 2030: ¿Qué puede esperar la oposición?

Si hoy la oposición está en la lona, el futuro luce todavía peor. Para 2029, año en el que se renovará la gubernatura del Estado de México, no hay en el horizonte una figura capaz de hacerle frente a Morena. Para 2029, cuando se definirá la siguiente administración estatal, la situación será aún más complicada. Y en 2030, con la sucesión presidencial, la pregunta no es si la oposición podrá ganar, sino si siquiera llegará con vida.

Los partidos que hasta hace unos años dominaban la política nacional están en una crisis profunda. El PAN apenas obtiene un 3% en la encuesta y el PRI un raquítico 2%. Esto indica que nuevas fuerzas políticas, como los partidos emergentes, podrían alcanzar rápidamente su nivel e incluso rebasarlos.

La oposición reactiva y sin propuesta

El gran problema de los partidos opositores en México es su incapacidad para construir una narrativa propia. No son más que una oposición reactiva, que se limita a criticar sin ofrecer soluciones concretas. No han entendido que la política no se gana con ataques, sino con proyectos.

Morena, con todos sus aciertos y errores, ha logrado generar un sentido de identidad y pertenencia entre sus seguidores. Mientras tanto, la oposición parece atrapada en el pasado, sin brújula ni dirección.

Morena: su propia oposición

La única oposición real a Morena no proviene del PAN, PRI, PRD o MC, sino del propio Morena. Será dentro de sus filas donde surjan las mayores disputas, donde los liderazgos chocarán y donde las decisiones del gobierno podrán ser minadas por sus propios integrantes.

Las pugnas internas en Morena serán la verdadera oposición. Gobernadores, legisladores y liderazgos locales que aspiren a más poder no dudarán en marcar distancia o incluso desafiar la línea oficial del partido. Ahí es donde radicará la verdadera lucha política en los próximos años.

El pueblo no ve una oposición real

Para los ciudadanos, la oposición simplemente no existe. No hay propuestas innovadoras, no hay liderazgos sólidos y no hay estrategias claras. Su papel se ha reducido a reaccionar ante cada decisión del gobierno sin generar alternativas viables.

Si los partidos de oposición no despiertan pronto, no solo seguirán perdiendo elecciones: perderán su razón de ser. México está cambiando, y quien no logre adaptarse a esta nueva realidad política será condenado a la irrelevancia.

Mientras tanto, el único contrapeso real a Morena vendrá de Morena mismo.