- En las Unidades de Medicina Familiar se cuenta con un protocolo de diagnóstico y tratamiento para la pediculosis.
- Por ningún motivo usar sustancias tóxicas como insecticidas, petróleo o gasolina porque pueden causar daño al cuero cabelludo.
Ante la sospecha de presencia de piojos y liendres en niñas y niños, es importante no usar métodos caseros que puedan causar daños a la salud y acudir a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) correspondiente para recibir tratamiento eficaz, indicó la médica Tatiana Van Der Heyden Pardo, de la Coordinación de Prevención de Atención a la Salud del Instituto Mexicado del Seguro Social (IMSS) Estado de México Oriente.
La especialista explicó que el IMSS cuenta con un protocolo de diagnóstico y tratamiento para la pediculosis (presencia de piojos en el cuero cabelludo), que contempla la revisión tanto al infante como de sus papás, así como la prescripción de un procedimiento a base de benzoato de bencilo e indicaciones de higiene por tres días consecutivos.
Van Der Heyden Pardo detalló que las indicaciones médicas se dan de acuerdo con el perfil del paciente, pues se valora si es apto para el uso de algunas sustancias o si éstas pueden generar contraindicaciones.
En este sentido, subrayó que, aun cuando puede considerarse un problema de dominio público, es muy importante no automedicarse ni usar tratamientos caseros o seguir recomendaciones empíricas que pueden causar daños a la salud.
En ningún caso, advirtió, se debe usar insecticida, petróleo o gasolina, porque son sustancias tóxicas que se absorben a nivel de piel y pueden ocasionar problemas mayores.
La doctora explicó que la pediculosis es una parasitosis externa inducida ocasionada por el Pediculus Humanus que se aloja en la piel del cuero cabelludo y puede afectar a cualquier persona, pero en los lugares donde hay mayor aglutinamiento y contacto entre sí, la posibilidad de padecerla se incrementa, por lo que niñas y niños en edad escolar, de entre cinco y 15 años, son los más frecuentemente afectados.
Recomendó que, para prevenir este padecimiento los niños usen el cabello corto y las niñas lo lleven recogido, esto dificulta que el parásito penetre en sus cabezas. Los síntomas inician con mucho prurito y que al rascarse originan picazón constante.
Las liendres son los huevos de los piojos y se quedan fijas en el cabello a una distancia de entre 0.5 cm y 1.0 cm antes de la raíz en la región occipital (nuca) y retroauricular (atrás de las orejas) del paciente.
El contagio, afirmó, es de cabeza a cabeza o por compartir objetos personales como peines, ligas, adornos para el cabello, gorras, sombreros, bufandas o bien por usar la ropa de cama o almohadas de una persona infectada. Incluso, en los muñecos de peluche, los areneros para juegos de niñas y niños pequeños o las albercas, se puede dar la contaminación, destacó.
El ciclo de vida del parásito es muy largo ya que un piojo hembra dejará liendres que se convertirán en piojos, generando un círculo vicioso que puede tarda en eliminarse, por lo que el retiro de estos huevecillos debe hacerse de forma manual.
El tratamiento habitual es a base de lociones o cremas de permetrina, piretrina, benzoato de bincilo o lindano. En varias ocasiones, es necesario el tratamiento a toda la familia, ya que suele existir contagio en personas cercanas.